(Fuente: "Así Combatimos". La historia de los cañones de Junín en la Guerra de Malvinas, G.A. 10 - 2012, Edit. las Tres Lagunas)
La noche anterior del 14 de junio de 1982 -día de la rendición argentina en Malvinas-, dos soldados de la unidad militar con asiento en nuestra ciudad, Polo y Lucero, habían sido evacuados al continente vía aérea. Así recuerda Polo el momento de la rendición:
"El 14 de junio, internado, me puse a llorar cuando me informaron de la rendición. No sabía qué había pasado con mis compañeros de cañón que habían quedado. No entendía nada. Sentía que el fracaso pesaba demasiado".
Quienes habían quedado en la posición pasan la noche junto a la pieza. Están con ellos muchos soldados de distintas unidades. El 15 de junio amanece frío y nublado, con algunas precipitaciones aisladas. El día previo al traslado al continente, todos permanecieron alojados en un galpón. El mismo Gómez nos dice:
"Luego del cese del fuego estuvimos en un galpón cerca de la posición. Al lado había otro que era para la esquila de ovejas. Uno, de curioso saca una chapa y resultó ser un depósito de comida...digamos cajas donde venían los chocolates, cigarrillos, raciones argentinas que estaban guardadas ahí...entonces nosotros sacamos comida de ahí".
El día 16 a las 13 se recibe la orden de marchar hacia el aeropuerto. Lo hacen a pie, cubriendo aproximadamente cinco kilómetros. Cargan todo el equipo individual, lo que costó mucho esfuerzo. En los puestos de control ingleses fueron dejando fusiles, pistolas y correajes. Para las 15.30 de ese día habían arribado a destino. El aeropuerto sería el lugar de reunión de prisioneros de guerra. Se les ordena armar carpas, así se hace y a las 22 se recibe la orden de marchar al muelle de Puerto Argentino. Las carpas deben ser nuevamente desarmadas. Se reinicia la marcha a pie hacia el lugar indicado. Relata el subteniente Pérez:
"Como prisionero de guerra conservé mi pistola hasta el último momento. Esto fue hasta que unos ingleses en un puesto de control comenzaron a requerirme esta arma. Ahí la tiré al mar. Una vez en el buque pude ver una pila de correajes. Un inglés me pidió que hiciera lo mismo con el mío y también lo tiré al mar. El inglés, simplemente se río".
Esa noche fue fría y húmeda. Como de costumbre soplaba un fuerte viento. Hubo algunas lloviznas que por momentos era nevizca. Para la una de la mañana ya estaban en el puerto. Se comienza a embarcar en el Camberra, buque de bandera inglesa que los llevaría de vuelta al continente. Embarcan todos menos el teniente primero Daffunchio (ver aparte) que es separado y dejado en las islas. Aquí comienza el cautiverio del teniente primero como prisionero de guerra.
Veteranos de guerra del Grupo de Artillería 101 en uno de sus reencuentros.