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| 15/06/2019

Inglaterra venció a Argentina por uno a cero

El conjunto Albiceleste contó con la figura de la arquera Vanina Correa, que atajó un penal, y soportó el embate de las inglesas hasta el minuto 61. Jodie Taylor anotó el único gol del juego.

Por Redacción

Por la segunda fecha del Grupo D del Mundial Femenino de Fútbol que se disputa en Francia, el seleccionado de Inglaterra venció al de Argentina por uno a cero con un gol convertido por Jodie Taylor a los 16 minutos del segundo tiempo. La arquera Vanina Correa, quien fue elegida oficialmente como la figura de la cancha, le había atajado un penal a Nikita Parris en el primer tiempo. 

Dos historias completamente opuestas; dos equipos con potenciales difíciles de equiparar se enfrentaron el viernes en el Stade Oceane de Le Havre. Por un lado el fútbol consolidado y profesional de Inglaterra y por el otro el naciente pero pujante de Argentina. E inevitablemente esa historia se tradujo al juego, porque las que dominaron el campo, la pelota y los espacios fueron las inglesas que arrinconaron a un seleccionado Albiceleste que por momentos se las arregló bastante bien para evitar ingresar a la propia área en el repliegue de las dos líneas (una de cuatro defensoras y otra de cinco mediocampistas) pero que, a veces era llevada a ese lugar. 

En ese primer tiempo Argentina logró mantener la valla en cero gracias a un par de intervenciones de Vanina Correa, que no solo sacó el penal sino que también ganó un mano a mano, entre otras acciones.

Sin embargo lo que era inevitable llegó  a los 16 del segundo tiempo. Correa seguía salvando una y otra vez pero el desborde por izquierda de Beth Mead encontró a Taylor anticipando a su marca en el centro del área y solo tuvo que empujar al gol.

A pesar de la derrota Argentina todavía tiene chances de avanzar a los octavos de final. Para eso tendrá que ganarle a Escocia (miércoles a las 16 horas) y esperar otros resultados para asegurarse el mejor tercer puesto.

 

Ayelén Pujol, Desde Le Havre para Página 12

En Inglaterra el fútbol de mujeres fue prohibido en 1921. La medida fue insólita: entre la primera y la segunda Guerra Mundial los planteles femeninos habían proliferado. Con los varones en el frente de batalla, las mujeres habían ocupado sus lugares en las fábricas. Y ahí, en los horarios de descanso, muchas habían armado equipos. Las Dick, Kerr Ladies F.C. surgieron en aquel entonces, en un momento de ocio en una fábrica de municiones: llegaron a convocar a más de 50 mil personas, que se acercaban para verlas jugar.

Inglaterra –el rival que este viernes le ganó 1 a 0 a Argentina, un conjunto de futbolistas que son atletas– viene de ese pasado. En la actualidad ocupa el tercer puesto del ranking FIFA. Ayer, Argentina, que llegaba a este torneo con la utopía de conseguir un punto –apenas eso– se transformó en la sorpresa de esta Copa. La BBC, por ejemplo, publicó una nota tras el empate con Japón: “Cómo Argentina perdió a su equipo –y luego se defendió–”. La guapeza de esta Selección, el aguante, el cerrojo defensivo y la lucha de estas jugadoras por llegar aquí después de haber atravesado un proceso que incluyó dos años sin competencias (por citar apenas algunas características) es algo que aquí destaca la prensa mundial.

Las derrotas dignas, como la sufrida contra Inglaterra, envuelven a este equipo en un presente que se masifica. En Buenos Aires las escuelas pasan los partidos de Argentina, también algunos sindicatos, universidades, clubes de barrio y la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Acá en Francia las y los hinchas se reúnen para llenar los estadios. Estas pibas construyen nuevas identidades: desde ahora en más las y los argentinos tendrán también ídolas mujeres en el mundo de la pelota.

¿Y de qué historia viene Argentina? De prohibiciones específicas, no. Sí de prejuicios, estigmas y agresiones. Este viernes estuvieron en el estadio las futbolistas que jugaron el Mundial de 1971 y protagonizaron una epopeya: en aquel certamen no organizado por la FIFA superaron a las inglesas por 4 a 1, con cuatro goles de Elba Selva.

La proeza –conquistada 15 años antes del triunfo de los varones en el mismo estadio Azteca con dos goles de Diego Maradona– estaba enterrada en el olvido.

Pero esa historia se destapó. Y estas mujeres, de entre 70 y 77 años, estuvieron aquí. En el ingreso todas auguraron un resultado a favor de la Selección. Antes del encuentro, Ruth Bravo había expresado su alegría: “Me pone muy contenta que nos vean, que estén acá. Son las que marcaron una huella para todas nosotras”.

En la cancha, Argentina tuvo enfrente a un equipo que, quedó claro, se recuperó del fútbol prohibido para transformarse en una potencia. La diferencia de velocidad entre ambos equipos era la que hay entre Usain Bolt y cualquier mortal. Adriana Sachs la padeció por el sector derecho. Las centrales Aldana Cometti y Agustina Barroso pasaron lo mismo con el juego aéreo.

Banini casi no pudo tocar la pelota: aportó en funciones defensivas, pero no pudo meterle pausa al ritmo de Inglaterra.

La arquera Vanina Correa fue la figura del partido. En la primera parte tapó un cabezazo de Scott, primero, y después un remate de la volante. A los 27 protagonizó una de las jugadas claves: le atajó un penal a Nikita Parris, desplegando su mejor virtud: el vuelo de media altura. Su mano izquierda alejó el peligro y salvó al equipo.

El gol inglés llegó porque Argentina se animó a arriesgar. Mayorga y Benítez, con tareas más defensivas que ofensivas en este juego, se fueron a pelear un ataque. No concretaron. En la contra llegó el gol inglés: un centro de Beth Mead por la izquierda le llegó a Jodie Taylor, que la empujó al gol.

La estadística dio que Argentina tuvo sólo un 36% de posesión de pelota. Inglaterra sufrió: le costó encontrarle la vuelta y no supo cómo romper el arco de Correa.

“Va a llevar un tiempo emparejar nuestro fútbol con el de ellas. La diferencia hoy pasa por el tema físico, el biotipo, el porte, la altura. Todo. Ellas son atletas. Nosotros tratamos de achicar diferencias. Nuestro fútbol está cambiando. Tiene que cambiar”, dijo Carlos Borrello en la conferencia de prensa.

Este miércoles, la Selección enfrentará a Escocia –en los papeles el rival más accesible de este grupo D– e intentará conseguir una hazaña similar a la de las Pioneras del ‘71: meterse en los octavos de final de una Copa del Mundo.

Hay algo que ya dejaron atrás. Prohibido prohibir: acá, de ahora y para siempre, el fútbol es también de ellas.

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