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El cambio climático representa una grave amenaza para el desarrollo mundial

Sabado, 06 de julio de 2019 a las 15:23

Los esfuerzos por adoptar medidas urgentes a los impactos del cambio climático, podrían empujar a la pobreza para el 2030. Diversos países y comunidades de todo el mundo ya están sufriendo fuertes impactos derivados del cambio climático, entre los que se incluyen las sequías, las inundaciones, los desastres naturales más frecuentes e intensos y aumentos del nivel del mar. Y los sectores más pobres y más vulnerables son los afectados.

Cada año que pasa se incrementan los riesgos de que no sea posible acotar el cambio climático.

Según el último informe del grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC), las consecuencias para el clima de aumento de la temperatura de dos grados son mucho mayores que en el caso de un incremento de 1,5ºC, y no estamos bien encaminados en ninguno de estos dos escenarios.

A menos que se tomen medidas urgentes, el cambio climático podría empujar a otros cien millones de personas a la pobreza para el 2030.

Esto también podría significar que para el 2050, 143 millones de habitantes, de tres regiones en desarrollo se conviertan en migrantes climáticos, en vista de que muchas personas, familias e incluso comunidades enteras se verán forzadas a buscar sitios más viables y menos vulnerables para vivir.

El impacto de los desastres naturales extremos equivale a la perdida de 520 millones de dólares en consumo anual y cada año a unos 26 millones de personas a la pobreza.

El cambio climático ya tiene efectos reales y medibles en la salud humana y se cree que esos impactos aumentarán la contaminación atmosférica, que es responsable de más de siete millones de muertes prematuras cada año. Los costos directos para la salud podrían llegar a los cuatro mil millones de dólares al año para el 2030.

El cambio climático no solamente hará más difícil la tarea de alimentar a los diez mil millones de personas, que, según las proyecciones, colmarán la población mundial para el 2050, sino que su impacto ya se siente en la caída de los rendimientos y en los fenómenos meteorológicos extremos que afectan los cultivos y el ganado.

Para llevar a cabo una transición ordenada a una economía mundial con bajas emisiones de carbono y capacidad de adaptación, se necesitan muchos billones de dólares y no solo miles de millones de dólares.

En los próximos quince años se necesitarán inversiones importantes en infraestructura por un valor cercano a los 100 millones para el 2030, pero necesariamente será más costoso garantizar que esta infraestructura sea compatible con los objetivos climáticos.

Las medidas dirigidas a combatir el cambio climático constituyen una valiosa oportunidad para garantizar un desarrollo mundial sostenible e impulsar el crecimiento económico. Dichas medidas ya están generando resultados concretos: nuevos empleos, ahorro económico, mayor competitividad, más oportunidades de mercado y mejora del bienestar de la población de todo el mundo y el potencial de inversión, innovación y crecimiento es aún mayor.

La Corporación Financiera Internacional (IFC) estima que las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de tan solo 21 economías de mercado emergentes representan oportunidades de inversión por valor de 23 billones de dólares.

Con el acuerdo de París, el mundo se comprometió a limitar para fin de siglo el aumento de las temperaturas mundiales a menos de dos grados por encima de los niveles preindustriales. Para lograr los objetivos planteados en dicho acuerdo se necesitarán medidas decididas y audaces.

Las medidas, como la fijación del precio del carbono, pueden contribuir a generar incentivos a favor de un cambio transformador.

La fijación de precios para el carbono representa una opción normativa simple, justa y eficiente para abordar el cambio climático. También puede generar beneficios complementarios al reducir la contaminación del aire y la congestión del tránsito, evitando a la vez los costos adicionales que conllevan las medidas correctiva asociadas con trayectorias del crecimiento con niveles elevados de emisión de carbono.

En lo que respecta a las empresas, la fijación del precio del carbono les permite gestionar los riesgos, planificar sus inversiones de bajo nivel de emisión e impulsar la innovación.

Al 1 de febrero de 2019, 46 jurisdicciones nacionales y 28 jurisdicciones sub-nacionales estaban implementando o tenían programado implementar iniciativas para fijar el precio del carbono, una plataforma en línea basada en los datos y los análisis de la serie de informes anuales de State and Trends of Carbon Pricing (Situación y tendencia de la fijación del precio del carbono).

No obstante, para lograr una transformación de las inversiones en las escalas necesarias, debe ampliarse la cobertura y los precios deben elevarse. En la mayoría de las iniciativas, en el 2018 los precios se incrementaron respecto a los del año anterior. Aún así, en la mayor parte de los casos, los valores se ubican por debajo del nivel de los cuatro dólares a ochenta dólares por tonelada de Co2 al que es necesario llegar en el 2020 para que sea posible cumplir la meta establecida en el Acuerdo de París.