A Facundo Castet le tocó un examen complicado de entrada. Sarmiento venía de perder la final ante San Martín de Tucumán y para la temporada 2018/19 Iván Delfino le confío la camiseta número 3. Con 19 años iba a tener que ser parte de una defensa que debía mejorar su solidez. Alternó buenas y malas pero de a poco se fue afianzando a fuerza de carácter, hambre y coraje, acompañado por una defensa experimentada conformada en gran parte del campeonato por Wilfredo Olivera, Lucas Landa y Yamil Garnier. En ese inicio, por momentos le costó mostrar el nivel que tuvo en la Reserva y recurrió a la falta como arma para no dejar prosperar a los atacantes. Acostumbrado a ser una opción más en ofensiva, en el nuevo rol le tocó hacerse fuerte en su zona como prioridad.
Al finalizar la primera parte del certamen llegó Guillermo Sotelo y en la vuelta a la competencia Pico le dejó su lugar por una suspensión; sin embargo el entrenador le respetó el puesto y desde la segunda fecha regresó para ser parte de esa defensa que salía de memoria, con algunas variantes ocasionales.
La presión del final del campeonato no fue un impedimento para estar a la altura. Sin ir más lejos fue uno de los que tiró del carro en el peor momento del partido ante Arsenal para meter en el juego al Verde y lucharlo hasta el final.
Esa temporada le valió la confianza de Delfino que nuevamente cuenta con él, tanto que no solicitó a un refuerzo en la posición de lateral izquierdo. En ese contexto cada partido sube un escalón y a la seguridad para defender a extremos habilidosos, como fue el caso de Brener en el último juego, también le agrega proyecciones ocasionales con criterio. Así en el primer tiempo con Villa Dálmine había sido una opción para Claudio Pombo, aunque le faltó profundizar, algo que sí hizo en la segunda parte para gestar el golazo, con diez toques previos, que terminó definiendo Pablo Magín luego de un centro atrás de Pico. Presente y futuro. Facundo Castet y su evolución constante.
