Los primeros días de mayo Voz Animal dejará la casa que alquilan desde los últimos meses del año pasado, sin poder lograr algún tipo de ayuda municipal y con una problemática cada vez más aguda, cerrarán las puertas que habían abierto con tanto amor y voluntad.
El refugio es un espacio donde se atiende a los animales sin dueños, que están lastimados o enfermos hasta que se recuperen y poder darlos luego en adopción. Ahora lo más urgente es encontrar gente que pueda hacerse cargo y quiera a los animales, resaltan desde Voz Animal.
A pesar del reclamo reiterado de ayuda al gobierno municipal nunca tuvieron respuesta, por lo que finalmente los integrantes de Voz Animal se convencieron de que la administración municipal no variaría su conducta. “Todos coincidimos que en Junín no hay apoyo desde el Estado para la protección de los animales: no hay campañas educativas, no hay convenio con el Colegio de Veterinarios, no hay ayuda y Zoonosis se quedó hasta sin colectivo para ir a los barrios, así que las castraciones se hacen de 7.30 a 9.30 de la mañana, con escasos cupos”, repite una y otra vez la presidente de Voz Animal, Gisel Scanavino.
Si bien dejan la casa adelantan que seguirán con sus tareas de proteccionismo animal.
La ONG fue creada hace un año y medio, “fundada en el amor a los animales, en crear conciencia y dejar de lado un poco el asistencialismo, después cuando empezamos a ver algunos casos puntuales decidimos alquilar una casa para hacer un hogar de tránsito, no un refugio, sino un espacio para que el perro sin dueño, atropellado en la calle o que tiene alguna dolencia se recupere, que tenga la posibilidad al menos de hacerse atender. La institución trató de mantenerse mediante una campaña de socios, jornadas de adopción, etc. para poder cubrir los gastos que iban surgiendo."
En Junín se necesita un terreno, un predio, un galpón ferroviario… un lugar funcional para concentrar los grandes esfuerzos que se hacen desde el proteccionismo.
“Nosotros recibimos no menos de diez a quince llamados diarios de la gente pidiendo ayuda, pero nosotros no podemos dar las respuestas. Nos desborda la situación, la ausencia del Estado es permanente y nos cansamos de luchar contra molinos de viento”, dijo Scanavino.