Luego de la reunión llevada a cabo la semana pasada, la Liga Nacional de Básquet resolvió dar por finalizada la temporada regular, anular el descenso y resolver el certamen con un cierre que incluirá a los ocho primeros clasificados hasta que se paró el juego. El presidente de Argentino de Junín, Horacio Masino, acompañó la decisión al sostener que “era algo de lo que se venía hablando y más allá que uno puedo o no compartirla, hay que respetarla”.
Conjuntamente con el cierre de la temporada (El Turco terminó décimo tercero con récord de 11-15) surge la cuestión económica, ya que para comenzar la siguiente el club deberá estar al día con los jugadores y en ese sentido Masino aclaró: “Nosotros presentamos el “libre deuda” (hasta el 31 de marzo) de todo el plantel y el cuerpo técnico en tiempo y forma (22 de mayo), lo que nos da la tranquilidad de haber cumplido, no obstante los meses restantes hay que negociar con los jugadores para llegar a un arreglo y lo estaremos haciendo en estos días de forma individual para ver cómo podemos llegar a un entendimiento para arreglar los dos meses que nos faltan”.
-Independientemente de esta situación que generó la pandemia, antes que se suspenda la competencia, Argentino estaba bien posicionado y a punto de lograr el objetivo que se plantearon previo al comienzo de la temporada de no quedar entre los últimos dos equipos de la tabla. ¿Qué balances hacés en tu primer año de gestión?
-Estamos muy conformes con el trabajo del cuerpo técnico y los jugadores porque estábamos en una posición expectante, a dos partidos de salvarnos de los últimos dos lugares, con cuatro partidos de local por delante, hasta estábamos cerca del playoff. Esto habla del buen trabajo que hizo el cuerpo técnico. Hay un grupo humano muy bueno donde se destaca el juego colectivo, como debe ser el básquet, y eso es mérito de ellos y de los líderes como Juanchi (Cangelosi) y Jony (Slider) que les trasmiten a los nuevos muchachos cómo es la forma de Argentino, que no es otra que tirar todos para el mismo lado porque nadie se salva solo. Entonces estamos más que conformes porque nos armamos para salvar la categoría pero después, cuando vimos que arrancamos bien, empezamos a mirar para arriba y esta situación fue un mazazo.
-Más allá del aspecto profesional, el club tiene diferentes actividades diarias, sobre todo vinculadas al básquet, ¿cómo están haciendo para solventarlas?
-Hubo gente de la hinchada que trabajó haciendo tapabocas y cuellos y lo recaudado me lo entregaron a mí con un detalle minucioso de todo lo que gastaron y lo que recaudaron que sirvió para pagar sueldos y alquileres. Después algo que nos ayudó mucho fue la venta de pizzas y el 20 de junio vamos a hacer tortas de trigo que es lo que identifica al barrio. Pero más allá de esto hay que destacar la actitud de los profesores, que algunos han decidido no cobrar, me han dicho: “no nos pagues, usá esa plata para pagar gastos fijos que tenga el club”. Eso habla muy bien de ellos como personas, es un gesto impagable. Ese es el valor de tener profesores que se criaron acá y que quieren tanto a la institución que entienden el momento que está pasando el país y el club.
