Junin Digital

imagen
  • TEMAS DEL DÍA:
| 16/01/2022

Una caravana interminable

A un año del campeonato logrado por Sarmiento que lo ascendió a la Primera División.

Fue una fiesta en todos lados, como no podía ser de otra manera. El 16 enero, luego del penal atajado por Manuel Vicentini comenzaron los festejos con los pocos privilegiados que pudieron presenciar la victoria desde los 12 pasos de Sarmiento ante Estudiantes de Río Cuarto luego de haber sufrido en los 90 minutos que habían terminado igualado en uno gracias al empate de Claudio Pombo.

La invasión al campo de todos fue una carrera alocada para abrazar a Vicentini, que arrodillado en el área levantaba los brazos hacia el cielo. El único que corrió en otra dirección fue Federico Mancinelli. El pelado fue directo a buscar esa pelota histórica, una reliquia que aún atesora en su hogar. El resto, entre lágrimas y gritos formaron la montaña humana que se prolongó en la vuelta olímpica en el Estadio 15 de abril, allí donde se a había confirmado la anterior vuelta a Primera. Cuestiones del destino.

La fiesta continuó en el vestuario durante más de una hora en las que no pararon de volar cosas por el aire para celebrar lo que tanto le había costado a gran parte de ese grupo que traía en el lomo tres finales perdidas. En ese recinto tan suyo, junto a utileros, médicos y colaboradores, desataron la locura ya con las camisetas elaboradas para la ocasión.
El Hotel Inter Tower fue la siguiente parada. En plena pandemia las restricciones en Santa Fe marcaban como horario límite para las reuniones las 12 de la noche. Hasta esa hora hubo de todo: cantos, tragos, bailes, a los que se sumaron dirigentes y algunos hinchas. Peo la cosa siguió hasta entrada la madrugada y hasta que el “límite extendido” pudo ser empujado más allá de lo permitido.

Y al otro día sí fue la fiesta de la gente. Los dos colectivos que trasladaron a la delegación campeona desde Santa Fe partieron cerca de las 11 horas del Hotel con destino a Junín y a partir de Pergamino, donde ya se comenzaron a escuchar algunos bocinazos y autos (esporádicos) a la vera de la ruta con distintivos verdes, fueron escoltados por la policía que a cinco kilómetros de Rojas organizó el traspaso al descapotable que finalmente hizo el recorrido final.

Ya en los metros previos a la rotonda rojense se percibía que todo sería una locura. Al costado de la ruta se agitaban las banderas verdes no solo de los residentes en esa ciudad sino también juninenses que no se quisieron perder ni un metro de la llegada triunfal.

Entradas a los campos, el ingreso a Rafael Obligado, la sombra de una planta, Agustín Roca...a medida que avanzaba el colectivo negro se iban sumando vehículos a la caravana que se hizo incalculable al llegar al peaje de la Ruta 188. Allí la multitud ya fue incontenible, cerró el paso y se desató la fiesta que a ritmo lento continuó su rumbo hacia Avenida República para ingresar a la ciudad. Autos, motos, bicicletas, banderas, gorros...una verdadera marea verde inundó las calles para darle las gracias a un grupo de jugadores que quedarán en la historia.

El tránsito siguió por Avenida San Martín hasta la fuente del Milenio, dobló por Saenz Peña y finalmente por Avenida Arias para hacer la entrada triunfal al palacio municipal. En ese balcón emblemático tuvo su último festejo el plantel, luego de “una caravana interminable”.

 

¿TE GUSTÓ LA NOTA?
TAGS
COMENTARIOS