Recordar a los Mártires de Chicago, los cinco obreros ejecutados el 11 de noviembre de 1887 en los Estados Unidos por su participación en la lucha por la jornada laboral de ocho horas, es reafirmar en cada 1º de mayo el derecho inalienable al trabajo, a un salario digno y a condiciones laborales que respeten el bienestar de los trabajadores. Banderas que nos guían y que nos dejaran en su lucha Juan B. Justo, Alicia Moreau, Alfredo Palacios y el entrañable maestro Alfredo Bravo.
Los años 90 significaron un gran retroceso en materia de derechos laborales, agravado por el dato de que fue la dirigencia política que creíamos progresista quien aprobó la flexibilización laboral.
Debemos recordar que en el año 2003 celebramos las decisiones como la creación del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, que en 2004, por iniciativa del entonces presidente Néstor Kirchner, reactivó la paritaria nacional multisectorial para determinar el salario, algo que no ocurría desde 1992 y así transcurrimos logrando mas y mas derechos, hasta llegar a estas últimas elecciones.
Nos encontramos solo apenas; cuatro meses y medio de asumir, y toda la sociedad transita este 1ero de Mayo como una jornada de reflexión, lucha y resistencia ante los tarifazos sobre los servicios públicos y los combustibles. Esto expresa un alto contenido ideológico que es una radiografía del gobierno nacional y su horizonte político. La quita de subsidios a las empresas proveedoras del servicio de energía por parte del gobierno de Mauricio Macri genera un ahorro de 4.000 millones de dólares para las arcas del Estado Nacional, trasladando el pago de ese importe a los usuarios y produciendo tres efectos directos: gran deterioro del poder adquisitivo de las familias, enorme disminución presupuestaria en todos los entes del sector público (principalmente instituciones educativas y de salud) y preocupación en las pequeñas y medianas empresas.
La afectación al comercio y a la industria produce efectos colaterales que atentan, por un lado, contra las fuentes de trabajo, y por otro, producto del traslado a costos de los bienes y servicios, lo que aumenta el impacto en los hogares por el incremento en los productos de consumo, proveniente de las empresas afectadas y como si todo esto fuera poco el gobierno nacional ha decidido eliminar las retenciones. Con esto entendemos que el Gobierno apuesta a la igualdad de oportunidades, que es una típica perspectiva liberal basada en la idea de competencia e individualismo.
Los socialistas debemos ser protagonistas de la lucha por impedir el deterioro del poder adquisitivo, y defender la calidad de vida y los derechos logrados por el pueblo argentino. Es importante debatir estos temas en todos los ámbitos, y hacerlo de cara a la sociedad, de manera que los usuarios y consumidores no sean meros espectadores de la disputa política, sino protagonistas del debate, ya que son los principales afectados por las decisiones de un gobierno “neoliberal”.
Está presente un llamado a la reflexión y mas allá de lo que cada ciudadano voto en las últimas elecciones presidenciales, debemos repudiar las medidas que fomentan la desigualdad y la vulneración de derechos. Sólo se logra con esfuerzo militante, con la clase trabajadora ocupada y desocupada, con los gremios y organizaciones que los aglutinan, con unidad y autonomía, con movilización y debate, con más sociedad y menos individualismo, la articulación de heterogeneidades no es sólo una convocatoria a dirigentes, debe ser una convocatoria a que todos los ciudadanos afectados por el ajuste coloquemos por un tiempo en segundo plano nuestras propias banderas partidarias para poder estar a la altura de defender los intereses de las grandes mayorías de los argentinos.