Desde el inicio de la pandemia, todos los juninenses hemos debido padecer a un intendente totalmente desconectado de la realidad sanitaria que atraviesa el distrito, un intendente más preocupado por su propio futuro político que por la vida de los y las vecinas de Junín.
Por la vorágine con la que suceden los hechos, es común que muchos episodios se vayan olvidando, por eso no está de más recordar que fue el propio Petrecca quien puso en duda desde un primer momento la eficacia de las vacunas, denostó el plan de vacunación de la Provincia de Buenos Aires y hasta utilizó la pandemia para victimizarse, aduciendo discriminación política por parte de la Provincia y la Nación. Ante cada mentira que se le caía, arremetía con una nueva.
A los hechos nos remitimos, una vez que los estudios científicos de los ensayos clínicos de las vacunas arrojaron abrumadores porcentajes de eficacia contra el COVID-19, a Petrecca y el séquito de intendentes y dirigentes de Juntos por el Cambio no les quedó otra alternativa que cesar su campaña de desprestigio anti vacuna. Entonces empezaron a ensuciar la cancha denostando el plan de vacunación y una supuesta cantidad insuficiente de dosis por discriminación político partidaria. También se ocuparon de cuestionar cada decisión o medida de prevención que proponía el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, pidiendo mayores aperturas y flexibilizaciones para el normal desarrollo de todas las actividades.
Como indicador del desencadenante entre aperturas, flexibilizaciones y aumento de casos, a poco más de una semana de que Petrecca promoviera las aperturas comerciales mediante un Decreto, el aumento de casos ha sido exponencial.
Mientras Petrecca raquitizaba los CAPs y criticaba cada una de las medidas del Gobierno Nacional y Provincial, el Presidente y el Gobernador gestionaban para mitigar los efectos de una pandemia mundial, y lo hacían distribuyendo los beneficios obtenidos con absoluta ecuanimidad en todo el territorio.
Los resultados están a la vista, Junín tiene a la fecha 351 muertos, contrastado por la cantidad de habitantes de nuestra ciudad, nos da casi el doble a la media de fallecidos cada millón de habitantes en Argentina. Para ser precisos, Junín tiene 3900 muertes por millón de habitante y Argentina 2067. Este triste promedio, solo es superado por países como Perú y Hungría.
Otro dato para analizar la situación sanitaria de nuestro distrito es la cantidad de casos activos, con casi 1300 casos activos cada cien mil habitantes, Junín se encuentra entre las ciudades con peores indicadores, mientras que en el Área Metropolitana de Buenos Aires se encuentra con menos de 500 casos cada cien mil habitantes.
Junín tenía a priori mejores condiciones que el promedio del país para defenderse del COVID-19. Al ser el centro más importante en prestaciones de salud de toda la región y estar a la altura de las grandes capitales en la mayoría de los servicios, recibió por parte del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires una importante inversión en insumos y equipamiento médico que resultaron fundamentales para atravesar tan crítica situación.
Y así como desde la Nación y la Provincia se fortalecieron las ya muy buenas condiciones del sistema de salud, una vez lanzado el Plan de Vacunación Junín ha alcanzado rápidamente un alto porcentaje de la población inmunizada. No solo estamos entre los niveles de vacunación más altos de la Argentina, sino incluso muy superiores a algunas ciudades Europeas.
Otro dato no menor para tener en cuenta es que Junín cuenta con fuerzas de seguridad en una magnitud que ni sueñan otros distritos. Esos agentes bien dirigidos pudieron disuadir cualquier transgresión a las medidas de cuidado que tanto hicieron crecer los contagios y minaron la moral de la población que sí se cuidaba. Por el contrario, las señales que daba el municipio iban en sentido contrario, desoyendo incluso el clamor de los vecinos para que actúen de una buena vez. Siga siga, parecía instruir Petrecca.
Basta con salir y mirar las calles de Junín, para entender que para el Intendente Petrecca la pandemia del COVID-19 no existe. La verdad es que con los recursos a disposición era muy difícil no defender a los juninenses de este azote, incluso cuidando al mismo tiempo su economía y sus puestos de trabajo. Petrecca, sin embargo, se las arregló para que lleguemos a este desastre.
Desde la secretaría de salud local no se hizo prácticamente nada en el combate contra la pandemia, ni siquiera para aliviar a los recargados servicios de salud públicos y privados. Solo en estas semanas fortalecieron algo el sistema de testeos. Petrecca tampoco puso recursos económicos para aliviar la situación de los empresarios y trabajadores que vieron disminuidos sus ingresos. Mientras los gobiernos de Nación y Provincia ponían más de lo que había para cuidar la salud y la economía de los juninenses, el intendente Petrecca ahorró cientos de millones de pesos y militó cada palo en la rueda con que su fuerza política entorpeció la gestión sanitaria.
Y sin embargo, y a pesar de la desidia de Petrecca, Junín está muy cerca de lograr la inmunidad de rebaño que nos permitirá recuperar muy pronto cierta normalidad. Pero fue gracias al invalorable esfuerzo de los vecinos, de los trabajadores y los empresarios, de los agentes de salud que han redoblado sus esfuerzos y del acompañamiento de los gobiernos de la Nación y de la Provincia. Solo por esto Petrecca aún no chocó la calesita del todo.
Por: Licenciado Gustavo Traverso