El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires confirmó dos nuevos casos de Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) y el total de contagios en territorio bonaerense llega a 25 en lo que va del año.
A través de un nuevo parte epidemiológico, la cartera que conduce Nicolás Kreplak informó que en lo que va de 2022 “se notificaron 112 casos sospechosos de FHA, de los cuales 25 casos fueron confirmados (22%), 35 descartados y 52 casos permanecen como casos sospechosos”.
El Ministerio de Salud indicó que todos los casos requirieron internación y que ninguna de las personas infectadas tenía antecedentes de vacunación con Candid#1, la inmunización para prevenir la enfermedad que es “gratuita y obligatoria para todos los residentes de la zona endémica” bonaerense. En tanto, “sólo 7 de los casos confirmados no recibieron transfusión con plasma inmune de convaleciente”.
Del total de los contagios confirmados hasta la fecha, 19 se registraron en el distrito de San Nicolás y los restantes pertenecen a Pergamino, Ramallo y Olavarría.
Además, vale recordar que la enfermedad ya se cobró dos víctimas fatales en lo que va del año en la provincia: una mujer de 42 años de edad, que tenía como antecedente epidemiológico haber participado de un evento social en una zona rural del partido de Ramallo; y un hombre de 50 años de General San Martín del que “aún no se ha podido establecer un nexo con el área endémica”.
Para el mismo periodo del año pasado, se habían registrado en la provincia de Buenos Aires “27 casos sospechosos de FHA, de los cuales fueron confirmados 2 casos, en los municipios de San Nicolás y Pergamino”. El número actual de confirmados es “inusitado”.
La FHA, conocida popularmente como “mal de los rastrojos”, es una enfermedad grave endémica de Argentina y producida por el virus Junín. El trasmisor de la misma es el ratón maicero (Calomys musculinus) y su tasa de letalidad puede llegar a un 30% sin tratamiento, aunque la trasmisión de plasma inmune en la primera semana de inicio de síntomas la reduce a un 1%.
VIRUS JUNIN: EL ESFUERZO INVESTIGATIVO DE PIONEROS JUNINENSES
Hace 68 años un equipo de profesionales juninenses realizaban una investigación que tuvo trascendencia mundial. Cómo fueron esos días y la investigación desarrollada.
Una investigación liderada por juninenses
En Junín y zonas adyacentes fueron observados y estudiados casos de la Fiebre Hemorrágica Argentina antes de 1953. Se recopilaron datos clínicos y en especial de laboratorio, imputándosele a una virosis, distinta a la gripal, la etiología de esta enfermedad de aspecto tifoso o encefalítico de evolución benigna. Mayo de 1958 es el mojón indicador que motivó a científicos de nuestro país por el brote epidémico grave de este tipo de enfermos aparecidos en el área de O´Higgins.
Por las observaciones obtenidas y los tratamientos efectuados hasta entonces en Junín, se canalizaron hacia aquí los enfermos, internándoselos en el Hospital Regional, que se transformaría en un Centro de Investigaciones. Bajo la dirección del profesor Héctor A. Ruggiero, se convocó al titular de la cátedra de Enfermedades Infecciosas, profesor Humberto Rugiero, además de otros dos expertos: Daniel Greenway y Armando Parodi. Todos ellos, junto a profesionales de Junín y O´Higgins, realizaron el 8 de junio de 1958, en el Círculo Médico, la primera reunión en el país para el estudio e investigación de esta nueva enfermedad.
El Círculo Médico de Junín fundó, en 1958, el Centro de Investigaciones y Tratamiento de la FHA, bajo la dirección de Héctor A. Ruggiero, e integrada por los doctores Alberto Cintora, Fernando Pérez Izquierdo, Clemente Magnoni y Héctor A. Milani. El grupo trabajó junto a la Comisión de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, en forma permanente.
El gran nivel académico quedó reflejado cuando el Dr. Héctor Milani descubrió en el sedimento de la orina un tipo de células (luego se llamarían “Células Redondas de Milani”), que con el estudio hematológico, en especial el recuento de leucocitos y plaquetas, estas últimas con método propio del autor, son pilares para el diagnóstico.
El 19 de diciembre de 1958, en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, Alberto F. Cintora, presentó un trabajo sobre la FHA, junto con Humberto Rugiero, Héctor A. Ruggiero, Daniel Greenway, Armando Parodi, Clemente Magnoni, Héctor Milani y Rosario Locicero, donde se fijaron conceptos sobre etiología, clínica, fisiopatología, anatomía patológica, laboratorio y tratamiento, incorporándose a la medicina un nuevo capítulo en la especialidad de Enfermedades Infecciosas.
Un día después, el Dr. Julio Barrera Oro se autoinocula el Virus Junín, y la Comisión Nacional del Ministerio estudia en él la reproducción de esta enfermedad en el humano. Por ese entonces, moría un alto porcentaje de los afectados por este flagelo.
También en 1958, el Centro de Investigaciones y Tratamiento de la FHA de Junín descubre el tratamiento con plasma de convaleciente y comienza el estudio de su efectividad y la practicidad de su aplicación.
En 1969 se vacuna en Junín a 71 voluntarios, demostrando la formación de anticuerpos y su inocuidad. La experiencia se amplía posteriormente con otros 200 voluntarios, incluyendo núcleos de campo hasta llegar a 636, con el mismo resultado.
Toda la vacunación fue ejecutada y evaluada por Héctor A. Ruggiero, Lucía B. de Guerrero, Francisco Maglio, Carlos González Cambaceres, Guido Squassi, Clemente Magnoni, Alberto Cintora, Héctor Milani y Fernando Pérez Izquierdo.
PASADO Y PRESENTE DE LA ENFERMEDAD
Los cuadros sintomáticos siguen siendo los mismos. La enfermedad no cambió, pero “el período de invasión y estado es más largo y se puede confundir con ese viejo “Gripón”, detalló.
Cuando el equipo investigador juninense comenzó a trabajar, habían aparecido entre cuatrocientos y quinientos casos en uno o dos campos de la zona de O´Higgins y de allí también que una de las primeras denominaciones de la enfermedad fue “Mal de O´Higgins”.
Posteriormente se fue extendiendo hacia Rojas y Pergamino. El virus es transmitido por un ratón de campo. “El ratón de ciudad no es reservorio natural de la enfermedad”, aclaró el profesional consultado. De esta manera, se trata de un problema eminentemente rural.
Si bien las condiciones de trabajo en el sector agropecuario han variado notablemente y distan prácticamente “años-luz” de cómo debían soportar la labor rural por los años ´50 y ´60, es importante reforzar que para prevenir y atacar la FHA hay tres factores fundamentales: higiene, prevención, consulta profesional y responsabilidad médica de tener conciencia que la enfermedad sigue existiendo. A esto se suma la vacunación inmediata.
Algo importante en tener en cuenta es que dentro de la población se han generado anticuerpos de la enfermedad pero es siempre primordial la vacunación. A mediados de la década del ´60 se vacunaron cerca de 650 personas, los primeros de ellos eran de Junín, pero la vacuna estaba elaborada en cerebro de ratón y en aquel tiempo la Organización Mundial de la Salud (OMS) se consideró no conveniente por la leucemia murina, por lo que se descontinuó y recién volvió a fabricarse unos 30 años después en Estados Unidos, tras nuevos estudios en el Instituto Maiztegui a partir del virus Junín Candid 1.
Con la vacuna original se prosiguieron los estudios y en ningún caso surgieron lo que podrían considerarse efectos colaterales y las apersonas a las que se les había aplicado generaron anticuerpos durante muchos años.
Vale recordar que el primer tratamiento se efectuó con plasma de convaleciente y en momentos en que no se tenía gran conocimiento de los anticuerpos pero esto permitió que la mortalidad del 64% en el año 1958 al 1960 bajara inmediatamente al 5 y 10%.
Actualmente la enfermedad está muy sectorizada. La región es el noroeste bonaerense y sur de Santa Fe aunque la zona afectada puede variar de acuerdo a la extensión que va teniendo la explotación agrícola. La enfermedad también fue estudiada hasta en Asia y en algún momento trascendió que se había investigado y analizado con el proyecto de utilizarla como arma biológica.
Durante la época de la investigación liderada por los juninenses se hablaba de que, certeramente, “Dios es argentino” porque ante una tremenda enfermedad, se descubrió el agente transmisor –cuando era difícil trabajar con virus-, se determinó el tratamiento casi sin conocer los anticuerpos y sus características y se descubrió la vacuna, aún con los problemas que involucraba desde el punto de vista de la OMS. Pero en pocos años, un grupo de profesionales que trabajó sin subvenciones extras más allá del pago de su salario como médico de Hospital Público o de profesor universitario, determinó un éxito investigativo a partir de un trabajo donde se puso el corazón, las garras y las ganas de luchadores por la vida. Ejemplos, en definitiva, de la medicina juninense que escribieron esas páginas de oro dentro de la medicina mundial.
UNA INVESTIGACION SIN INTERNET NI CON LA TECNOLOGIA DEL SIGLO 21
Para quienes escuchamos y leemos las condiciones en que el equipo de profesionales juninenses desarrolló su investigación, tarea de campo, tratamiento y atención de los pacientes, hace 55 años, nos resulta poco menos que difícil de imaginar cómo desarrollaban su tarea considerando una época en la que la tecnología que hoy disponemos y disfrutamos era cosa de ciencia ficción, sin internet y ni que hablar de las herramientas y medios de la medicina moderna.
“Se trabajaba en el pabellón 4 de Infecciosos en el Hospital Interzonal. Médicos y enfermeros hacían su labor a destajo, con una gran voluntad de servicio y entrega ante una enfermedad desconocida, no se sabía el tratamiento, con una alta tasa de mortalidad y la protección de los trabajadores de salud no eran las mismas que ahora”, detalló el doctor Milani quien afirmó que a pesar de ello “no contrajeron el virus médicos o enfermeras, salvo familiares que tuvieron un contacto muy estrecho, cercano”, sin embargo dejó en claro que la FHA no se transmite de persona a persona.
Milani también mencionó durante el diálogo, al momento de ponderar la labor profesional de aquellos pioneros –entre los cuales estaba su padre- al doctor Locisero, de O´Higgins, quien “no sabía qué enfermedad estaba atacando, pero estuvo al lado de su paciente moribundo, brindando amor y cariño a su paciente y contención a la familia”.
Y resaltó también a las figuras de “un grupo de cinco profesionales, le puso garra y pasión, horas y horas a su trabajo, sin descanso, con la sucesión inacabable de los días, con las armas rudimentarias que se tenían”.
Recomendaciones
Esta enfermedades son zoonosis significando esto, que el reservorio de las mismas están en los animales (ratas, perros, cerdos, caballos); quienes a través de la orina eliminan el agente al medio ambiente por tanto, quienes más riesgo de contraerla son aquellos que están en contacto con agua de arroyos, lagunas, ríos y fundamentalmente agua estancada, barro, suelos y materiales húmedos (por ej. escombros, basura)
En la FHA el único reservorio es el ratón maicero y para la cual existe una vacuna gratis a partir de los 15 años de edad.
En la leptospirosis hay muchos reservorios como ratas, perros, cerdos, caballos para la cuál no hay una vacuna en el medio público y la única prevención es evitar el contacto con ambientes contaminados. Recomendaciones generales:
-Evitar contacto con aguas posiblemente contaminadas y usar elementos de protección en los trabajos de riesgo (botas, guantes, etc.)
-Desmalezar la casa en un radio de 30 metros.
-Tapar orificio del hogar por donde puedan ingresar los roedores - Levantar cimientos de cemento en las construcciones, para impedir que los roedores hagan su madriguera en la tierra.
-Colocar la basura en recipientes con tapas ajustadas y a más de 30 cm del piso en caso de no contar con servicio de recolección enterrarla y taparla.
-Eliminar basura y escombros, acondicionarlos para que no se transformen en refugio de roedores. - Planificar el uso adecuado de rodenticidas.
-Recordar que si estuvo en contacto con agua estancada, con barro, suelo o materiales húmedos (escombros y basura) o sumergido en un arroyo y ante la aparición de: fiebre, dolores de cabeza o musculares, enrojecimiento de las conjuntivas, náuseas o vómitos o tos con sangre, consulte de inmediato al centro de salud más cercano.