La situación hídrica en Junín sigue siendo compleja y los pronósticos no son alentadores en el corto y mediano plazo. Preventivamente, el municipio junto a la provincia construyó un terraplén a la vera del Salado, por una extensión de 10 km, en caso de que el agua desborde. Además, se llevan adelante distintas obras de emergencia en barrios y localidades afectadas.
Sin embargo, pese a todas estas tareas, el panorama es crítico y lo continuará siendo durante unos años más hasta que se terminen las obras estructurales. Así por lo menos lo informaron desde provincia al referirse a la situación.
En diálogo con el diario "La Opinión" de Trenque Lauquen, el subsecretario de hidráulica de la provincia de Buenos Aires, Rodrigo Silvosa, afirmó que “Junín va a poder dormir tranquilo dentro de unos 8 años, aunque eso no significa que, a medida que se vaya avanzando con la obra se gane en tranquilidad”.
Pese a este panorama, Silvosa añadió que la zona de General Villegas, Carlos Tejedor y Rivadavia "tiene una vulnerabilidad mucho más alta que la de Junín y La Emilia, por ejemplo”.
Por su parte, Vidal recordó que “todo el noroeste tiene un plan de 48 obras anunciado hace unos días en Pergamino de las cuales cinco las hace la Nación poniendo mil millones de pesos, mientras que la Provincia pone 2.500 millones de pesos adicionales”, y que “todas esas obras se van a iniciar antes de fin de año, pero no todas terminarán a fin de año, sino que gran parte se terminará el año que viene, y después está la Cuenca del Salado, por la que esta semana el gobierno nacional firmó el contrato con una empresa que ya adjudicó para en dos meses empezar con la cuarta etapa (del tramo inicial) de la que habló Rodrigo (Silvosa)".
Por último, la gobernadora expresó que el dinero para dicha tarea (unos 300 millones de dólares) fue pedido pal Banco Mundial durante noviembre pasado en Washington (EEUU), iniciativa que resultó aprobada en marzo. “Si todo va bien, el año que viene empezará el segundo tramo del plan del Salado”, manifestó.