En un reportaje brindado recientemente a LT 20 “Radio Junín” en el programa “Amanece que no es poco” el Lic. Diego Cifarelli en alusión a su posibilidad de ser designado Ministro de Producción de la Provincia manifestó “que no recuerdo que haya habido un ministro de Junín”. Ante esa declaración es una buena ocasión para realizar un repaso histórico sobre el asunto.
Es lógico que Cifarelli –y buena parte de la población- no recuerde ningún ministro juninense, pues nos tenemos que remontar bastante tiempo para encontrar uno en tal posición.
René Pérez, nacido en 1913 en nuestra ciudad, es el último juninense en un ejecutivo provincial bonaerense ocupando el cargo de Ministro de Educación del Gobernador Anselmo Marini entre 1963 y 1966. Pérez, a quien lo recuerda una plazoleta ubicada en Guido Spano y Bolivia, fue a su vez Diputado Nacional, Rector Interventor de la Universidad de Mar del Plata y presidente del Colegio de Abogados de Junín.
Sin perjuicio que el roquense Arturo Crosetti fue vicegobernador de Oscar Alende entre 1958 y 1962 y el chivilcoyano, pero juninense por adopción, Carlos Díaz lo fue de Carlos Aloé entre 1952 y 1955, corresponde luego remontarse a 1946 para encontrar otro ministro del ejecutivo provincial. Justo Lucas Álvarez Rodríguez, también oriundo de Chivilcoy, pero afincado en Junín debido a sus vínculos laborales y familiares ya que estaba casado con Blanca Duarte, la hermana de Eva, fue Ministro de Gobierno de Domingo Mercante entre 1946 y 1947. Posteriormente fue juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Anteriormente entre 1938 y 1940 el Dr. Gustavo Pérez Herrera, bahiense establecido en Junín y que fuera médico en el Hospital San José y docente en la Escuela Normal, fue Director General de Escuelas del gobernador Manuel Fresco, es decir el Ministro de Educación de la Provincia en la terminología de aquella época.
Existen otros casos de ministros que si bien no lo podemos catalogar estrictamente de juninenses, sus vínculos familiares son innegables con la ciudad. Durante la gobernación del radical José L. Cantilo (1922-1926) el Ministro de Obras Públicas fue Antonio Rodríguez Jáuregui, quien era tío carnal del Intendente de Junín de entonces, el conservador Benito de Miguel. El Ministro de Gobierno entre enero de 1982 y febrero de 1983 en la gobernación de Jorge Aguado fue Gastón Pérez Izquierdo, quien era sobrino del Dr. Fernando Pérez Izquierdo, reconocido médico traumatólogo local y Secretario de Bienestar Social del Intendente de ese momento, el Dr. Benito Eguren.
Sin perjuicio de los cuestionamientos de algún sector a Cifarelli, la presencia de un vecino en tan alto cargo es para considerar.
En 2007 publiqué el libro titulado “A XX de los CC. Pensando Junín de cara al Bicentenario”. En el capítulo VI planteaba el tema del elemento subjetivo. Vale la pena transcribir, recortando los párrafos más salientes, lo que redacté hace una década describiendo la época:
“A la lista de legisladores no se recuerda ningún juninense en posición real de poder en el Legislativo ya sea como presidente de Bloque ni mucho menos como titular del Cuerpo. Respeto del Ejecutivo nadie se recuerda que haya tenido una acción política para el Distrito. Con la abundancia de cargos en Ministerios, Secretarias, Bancos Oficiales e Institutos (IOMA, IPS, Vivienda, Vialidad, etc), el peso de la ciudad es nulo.
Muy distinto es el de otras ciudades, que para 1984 fletaban colectivos con los empleados que nombraron en cada Ministerio. A lo largo de los años se convirtieron en la burocracia que mueve los hilos invisibles del poder. Y así obtienen que el expediente vaya por los carriles normales y a velocidades supersónicas, amén de abogar por las causas de su pago.
Como puede observarse, crecimos y logramos lo que tenemos, sin el amparo de ningún Papá Noel que desde arriba nos traía un poco de pavimento o el techo de la escuela.
Esta capacidad de arreglárnosla solos durante mucho tiempo ha forjado capacidad de gestión en varios cuadros, lo cual debe ser algo más que elogiable si tenemos en cuenta con la arbitrariedad en que muchas veces se reparte la obra pública.
Pero es mejor ir generando una dirigencia acorde, que ocupe paulatina y lentamente puesto de relevancia en todos los estratos de la Administración y de la sociedad civil.
De esta manera es bueno para Junín tener Ministros o Secretarios de Estado, y aunque más no sea algún miembro en las Gerencias de los principales Entes.
Pero a la par de ello también es muy bueno tener un Presidente del Colegio de Abogados o de Escribanos o de Médicos de la Provincia, es bueno tener alguien en la AFA o en ACB, es bueno tener alguien en el Directorio del Banco Provincia o Nación, otro en CARBAP o FAA o CRA, y en CAME, y en la UIA, que algunos más que lleguen a la cúspides de sus gremios y sindicatos.
Falta capital humano juninense en los centros de poder. Es una asignatura pendiente para cumplir en los próximos veinte años. Ellos van a ser representantes de sus bases. Pero van a ser representantes de Junín”
Una década después el panorama es más alentador. Hoy existe un contexto favorable como para posicionarse adecuadamente y no desperdiciar la oportunidad. Como nunca, hay cuatro legisladores provinciales (Baro, Arata, Ricchini, Giaccone), un diputado nacional (Romero), una subsecretaria nacional (Tavela), un Director en el BAPRO (Meoni), un Subsecretario provincial (Pérez Rozzi) y un consejero de magistratura nacional (el cuasi juninense Piedecasas) además de otros coterráneos en lugares de representación de entidades civiles y profesionales a nivel nacional y provincial (Micheli, Lingieri, Cappelletti, Chami, Bay, Benito, Martignoni, Campeni, etc.) que han generado un masa crítica de representación.
Es bueno para Junín seguir ocupando esos lugares y ganar espacios en la toma de decisión de políticas públicas en otros niveles para que a través de su gestión se proyecten en una mejor calidad de vida de nuestros vecinos.