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| 19/11/2022

Gaspar García, un juniense que trabaja en Doha y se ilusiona con ver a La Scaloneta

Cocinero de profesión, viajó hace un mes para trabajar y vivir de cerca la fiesta mundialista. “No tengo entradas pero espero conseguir para los octavos”.

Contrariamente a lo que muchos pensaban hace algún tiempo atrás, la cantidad de Argentinos que se trasladaron a Qatar para ver el mundial asombra día a día. Hay hinchas que viajan exclusivamente para ver los partidos, hay algunos que llegaron en bicicleta luego de un largo recorrido y también están las historias de trabajadores que intentan unir pasiones. Este es el caso de Gaspar García, un chef juninense que está en Doha hace un mes trabajando en un restaurante latino y que en las agitadas jornadas laborales previas al inicio del Mundial sueña con conseguir una entrada para ver un partido de la Selección Argentina, ese que no pudo presenciar cuando viajó a Brasil 2014. “Mi jefe es mexicano y ya tiene entradas para el partido con Argentina así que yo estoy esperando el momento para pedir el mío. En Brasil me quedé afuera así que este no me lo quiero perder. El Estadio 974 queda cerca de donde trabajo y Argentina juega un partido ahí (Polonia). Quiero ver cómo es estar ahí adentro porque no me lo imagino”.

Gaspar vive en las afueras de Doha, “en una especie de villas que armaron para el Mundial. Son como pequeñas residencias que están unas al lado de las otras pero después mirás alrededor y es todo desierto”.

-¿Qué estás haciendo en Qatar?

-A raíz del mundial surgió esta propuesta de laburo, de hecho están abriendo varios restaurantes porque hay mucha movida alrededor de eso. Llegué hace un mes, más o menos, la idea es quedarme un tiempo más y también ver cómo es estar en otro mundial (fue a Brasil 2014) porque es algo que me llama la atención. Además, la propuesta era interesante, el lugar está bueno y son cosas llamativas que me atrapan.

-¿Cómo te manejás en el trabajo con el idioma?

-Nos comunicamos en inglés ya que el árabe todavía no lo manejo mucho –dice, en tono de broma- pero hay una palabra que aprendimos que es cuando cerramos la cocina, esa sí que la aprendimos. Igualmente estoy en un restaurante latino así que hay muchos mexicanos y argentinos por lo tanto hablamos en español pero el servicio es en inglés.

-Se dice que el público mexicano es el que más concurre a los mundiales y en este se está viendo mucha gente de Argentina. ¿Es una percepción nuestra desde acá o vos lo notás ahí también?

-Está pasando que ven una camiseta argentina y se quieren sacar fotos, eso en Brasil por ejemplo no lo noté de esa manera. Es tremendo lo que se está generando y cuanto más se acerca el debut es mayor.

-¿Cómo te adaptaste a las costumbres y a las restricciones que existen en Qatar?

-Vine con esa idea, que eran muy cerrados, de hecho es un poco así, pero resumiendo un poco los qataríes son un grupo selecto que están bastante identificados por su forma de vestir. Ellos viven muy tranquilos por los beneficios que les da el estado pero los qataríes son un 8 ó un 10 por ciento. En cuanto a las restricciones, en el restaurante donde trabajo, que es latino y tiene mucha carne, no hay alcohol por lo tanto no hay vino para acompañar el asado. Hay tragos y otra manera de interpretar el maridaje. Así hay muchos restaurantes. Después hay unos permisos que se dan pero es un control muy estricto. El consumo de alcohol en las calles no existe porque vas al supermercado y te venden las cervezas cero por ciento, los vinos sin alcohol y donde hay es en los bares pero es muy caro. Un porrón de cerveza debe salir entre 10 y 15 dólares. Lo impactante también es lo que pasa con las mujeres (de Qatar) que están todas tapadas y cuando hay un grupo, como el que me tocó a mí, de mujeres latinas, las miran con asombro por cómo están vestidas.

-¿Cómo es una jornada laboral tuya?

-Ahora que estamos con la apertura es bastante larga. Arrancamos a las 8 que nos pasa a buscar el transporte por donde estamos, que es a las afueras, y nos lleva al restaurante donde trabajamos hasta las 24. Al menos hasta que arranque va a ser así porque están viendo la cantidad de gente que va a venir. Este restaurante está en el puerto de Doha y es la terminal de cruceros, de hecho hace tres días llegaron dos o tres cruceros enormes y ahí bajan cinco o seis mil personas que se distribuyen en esa zona. Es impactante por las construcciones que le ganaron terreno al mar.

-¿Qué fue lo que más te sorprendió de Doha?

-Me asombra mucho lo del aire acondicionado en las calles. Vas caminando y hay como unas canaletas desde donde sale el aire frío. El tema es que hay días que al mediodía hace 42 grados o más pero por suerte ahora viene la época más “fresca” y hasta enero o febrero va a estar bastante bien. Dicen que julio y agosto es tremendo. Después, cosas que me sorprendieron es ver como se quedan ante una mujer que tiene un short. La miran como si estuviese desnuda. En ese sentido, nosotros en el restaurante tenemos una mannager que es mujer y un compañero no podía entender cómo tenía que obedecer una orden de una mujer. Estaba asombrado porque, por lo que me tocó ver, la mayoría de esos puestos son ocupados por hombres.

-¿Con quién estás viviendo?

-En este momento estoy viviendo con un mexicano pero en la villa hay más mexicanos, marroquí, turcos, muchos argentinos porque esta empresa en particular para la que trabajo fueron a buscar muchos argentinos por el tipo de restaurante. Así que somos como 100 argentinos en esta villa.

-Me imagino las cargadas…

-Sí, hay banderas colgadas de los distintos países, siempre se dice algo y fuimos a jugar al fútbol contra unos marroquíes por la Coca, ya que no se puede tomar alcohol, así que volvimos a los 12 años, jeje.

-¿Y tenés pensado ir a algún partido o se te complica por el trabajo?

-No, pero se negocia. Mi jefe es mexicano y tiene entradas para el partido con Argentina. Yo después voy a negociar algo para octavos o cuartos esperando que clasifique porque acá entradas se ven. Hay mucha gente que vende pero necesito el tiempo. Cuando me acomode con los horarios calculo que voy a ir porque en Brasil viajé pero no pude entrar. El Estadio 974 queda cerca de donde trabajo y Argentina juega un partido ahí (Polonia). Quiero ver cómo es estar ahí adentro porque no me lo imagino.

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