Daniel Passarella reapareció tras muchos años de ostracismo y después de las versiones que circularon el año pasado y que indicaban que padecía problemas de salud. Sin anuncios previos, salió a la cancha de Sarmiento de Junín, en la previa del enfrentamiento ante Barracas Central.
Con la camiseta de Sarmiento con el número tres y su apellido estampado en la espalda, el Kaiser caminó hasta el centro de la cancha con una la réplica de la Copa el Mundo en sus manos y posó para las fotos. Levantó la copa, como casi 45 años atrás y recibió la ovación del público presente. Y también la besó, acompañado de un grupo de niños que cantaba el éxito "Muchaaachos..." luciendo los colores de la Albiceleste.
Passarella nació en Chacabuco, una localidad ubicada a 54 kilómetros Junín, y firmó su primer contrato como futbolista en Sarmiento, cuando el equipo jugaba en la Primera C, entonces la tercera categoría del fútbol argentino. Fue en 1973, apenas cinco años antes del primer Mundial que consiguió la selección Argentina que lo tuvo como capitán.
De Sarmiento pasó a River donde se convirtió en un emblema. Como futbolista siguió su carrera en Fiorentina, Inter y regresó al Millonario, donde se retiró. Rápidamente se convirtió en entrenador del equipo de Núñez, iniciando una carrera que tuvo su momento cumbre en 1998 cuando dirigió a la Selección Argentina en el Mundial de Francia.
Más cerca en el tiempo, completó su ciclo en River al ser elegido presidente del club y durante su mandato se consumó el descenso a la Segunda División, un suceso que rompió el histórico idilio con los hinchas.
Desde su salida de River, Passarella no volvió al Monumental ni tampoco a otro estadio del fútbol argentino. Su aparición en la previa de Sarmiento - Barracas fue una sorpresa.
Passarella pasa sus días entre San Isidro y su Chacabuco natal, va y viene manejando su vehículo y no está interesado en -al margen de la entrevista en el medio italiano-, volver a la exposición pública.
Fuente clarin