La concejal de La Libertad Avanza Oficial Belén Veronelli solicitó al Departamento Ejecutivo, que eleve un informe pormenorizado sobre las tareas de control de la calidad del agua realizado durante 2025 por Obras Sanitarias Municipal.
Asimismo, en el mismo proyecto de comunicación la edil solicitó que se eleve un cronograma de acciones previstas para 2026 tendientes a revertir no solo la presencia de arsénico, sino de otros contaminantes causados principalmente por pesticidas/fertilizantes agrícolas, aguas residuales, fugas de combustibles, lixiviados y escorrentías urbanas, en el caso que existieran.
Veronelli consideró que “el agua destinada al consumo humano debe mantener un estándar de calidad asegurando que sea apta y libre de riesgo para su consumo; la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la contaminación del agua potable es responsable de millones de muertes por enfermedades diarreicas anualmente, especialmente en niños”.
Asimismo advirtió que “el referirnos a la calidad del agua estamos poniendo el foco en las características físicas, químicas, biológicas y radiológicas, que determinan si el agua es apta para sus diferentes usos, como el consumo humano, por lo tanto, es esencial el consumo de agua de calidad para garantizar la salud pública y el bienestar ambiental”.
Y remarcó que “debemos estar atentos a los principales productos químicos que acarrean riesgo como el arsénico, los fluoruros y los nitratos, a lo que hay que sumar nuevos contaminantes, como determinados fármacos, plaguicidas, moléculas perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, y microplásticos que también convierten al agua como peligrosa para el consumo humano”.
En tanto, argumentó que “el agua para consumo humano contaminada con microbios puede transmitir enfermedades diarreicas, el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis”.
Arsénico
Junín está identificada como zona roja, color que representa un nivel mayor a 50 ppb -partes por billón-, cifra ésta que puede llevar a conclusiones erróneas en la población, haciendo creer que el agua suministrada cumple estrictamente con los valores establecidos en las normativas vigentes; pero nos enfrentamos a otra problemática: la brecha entre la normativa argentina y los estándares internacionales.
Mientras la ley nacional fija un máximo de 50 ppb de arsénico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 10 ppb. Esto implica que, incluso en distritos como Junín, se estén superando los niveles máximos de ppb establecidos.
Fuente laverdad