Por segundo año consecutivo, el periodista juninense Pablo Tomino fue premiado con una distinción de ADEPA en la categoría "Periodismo de Investigación" por la nota publicada en el diario La Nación en diciembre pasado, titulada "El negocio detrás de las recetas". El artículo refiere a cómo los laboratorios fidelizan a los médicos para que receten sus medicamentos a cambio de dinero, viajes al exterior o distintos beneficios.
JUNÍN DIGITAL dialogó con Tomino tras la obtención del premio y le consultó respecto a cómo se imagina la relación entre la prensa y el nuevo gobierno de Mauricio Macri.
¿Que significa el premio?
La verdad que es una alegría muy grande este reconocimiento ya que se valoran trabajos de todo el país. Y la competencia es dura. El articulo lo escribimos con una compañera, Fabiola Czubaj, y nos llevó más de cuatro meses de trabajo; de visitar fuentes, hilar nombres y empezar a tejer cómo es la red que tienen los laboratorios para vender sus productos. Y cómo algunos médicos son parte de este entramado de corrupción. Y también farmaceuticos y funcionarios. El premio en sí es valioso porque te empuja a seguir trabajando; a seguir buscando temas que puedan ayudar a modificar una realidad que se ha salido del camino. En definitiva, este es nuestro rol social.
¿Qué balance hacés del rol del periodismo durante los últimos 12 años?
El rol del periodismo en la Argentina sufrió la misma fractura que la sociedad: hubo medios que se convirtieron en voceros del gobierno de turno; otros, en críticos acérrimos y otros que transitaron por el único camino posible: el de hacer periodismo. En éste última variable anoto al diario en el cual trabajo (La Nacion). Y lo explico: hacer periodismo, de por sí, es tener una mirada crítica. Pero nunca obviar las dos campanas. Nosotros nunca olvidamos ese regla básica y es cierto: fuimos críticos: con Cristina Kirchner, en el Gobierno Nacional, y con Mauricio Macri, en la ciudad. Hoy se habla mucho de periodistas opositores u oficialistas. Eso lo logró el kirchnerismo. En realidad, no hay periodistas militantes. En todo caso, hay militantes que trabajan de periodistas. Hay una sola manera de hacer periodismo y es hacerlo bien. Las dos campanas siempre.
¿Cuáles son las expectativas por lo que viene, teniendo en cuenta que cubriste la ciudad de Buenos Aires y conoces la relación del presidente con los medios?
La expectativa es buena porque el macrismo siempre fue abierto a la comunicación con los medios de prensa. No debería cambiar a nivel nacional. Macri cambió mucho también en su relación con los periodistas. Cuando recién comenzó en la ciudad y se encontraba con alguna crítica fuerte, por ahí te llamaba por teléfono o no le gustaba tu presencia. Después fue comprendiendo cuál era tu trabajo y vio en nuestras críticas una oportunidad para mejorar. A mí me pasó de publicar en tapa de La Nacion que una funcionaria de un área porteña estaba en la mira por cobrar coimas a boliches para que los habiliten y la Justicia tomó esa investigación. Cuando comprobó que era cierto, Macri la echó. Nos dio la razón y no se molestó por lo que publicamos. Desde hace más de cinco años que todos tienen esta actitud. Y debería seguir así, porque la historia reciente comprobó que cuanto más se abre un Gobierno, más transparente es. Y mejor aceptación tiene en la gente.