El Consejo de la Magistratura de la Nación está revisando e impulsando nuevamente una investigación contra el presidente del Tribunal Oral Criminal Federal 1 de La Plata, Carlos Rozanski reactivando una denuncia que presentó en su contra el titular del gremio de Judiciales, Julio Piumato.
Además, Piumato -en su momento- recordó que la suya no es la primera presentación contra el juez Rozanski, quien -según dijo- "ya fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura por otros dos jueces".
El titular del gremio de Empleados Judiciales ratificó su denuncia en defensa de once presuntas "víctimas" de persecución.
La denuncia de Piumato fue presentada en 2011 y reactivada ahora por el Consejo de la Magistratura de la Nación. En su momento el abogado Francisco Javier Abajo Olivares, especialista en violencia laboral, caracterizó la tipología en la que se encuadra a Rosasnki como "psicópata organizacional".
"Que quede en claro: la denuncia de los trabajadores es la segunda. Rozanski ya estaba denunciado ante el Consejo de la Magistratura por dos jueces", insistió Piumato en oportunidad de presentar públicamente la denuncia.
El gremialista reveló que entre las víctimas de la persecución está la trabajadora judicial Bibiana Podjarny, "que es nieta de (Jorge) Rubinstein, contador de (la familia) Graiver, muerto por la represión genocida".
El representante de los trabajadores judiciales calificó a Rozanski de "verdugo que viola los derechos humanos de sus victimas".
"Nosotros defendemos los derechos de los trabajadores, para eso fuimos elegidos! Justicia si, verdugos No", señaló Piumato.
EL JUEZ Y SU DEFENSA
El juez federal de La Plata Carlos Rozanski denunció este miércoles penalmente por supuesta "estafa" al vicepresidente y a otros ocho integrantes del Consejo de la Magistratura de la Nación, que reactivaron una investigación en su contra por supuesto "acoso laboral", se informó en tribunales.
El magistrado incluyó en su denuncia a los consejeros Leónidas Moldes, vicepresidente; Juan Bautista Mahíques, representante del Poder Ejecutivo; Andrés Leandro García, Jorge Daniel Candis, Luis María Cabral, Pablo Tonelli, Adriana Donato, Angel Rozas y Gustavo Adolfo Valdés.
Rozanski planteó que los denunciados deberían ser investigados por los supuestos delitos de "estafa", "falsificación de documentos públicos", "abuso de autoridad", "violación de deberes de funcionario público" y "prevaricato de los auxiliares de justicia".
La denuncia quedó radicada por sorteo en el juzgado federal 12, encabezado por Sergio Torres, con el número 14322/2016.
Rozanski, presidente del Tribunal Oral Federal 1, había denunciado el mes pasado, en declaraciones periodísticas, que es "perseguido" por el Consejo de la Magistratura, y vinculó esta decisión de "los representantes del Poder Ejecutivo" a la intención de frenar el avance de los juicios de lesa humanidad hacia "complicidades civiles".
El juez consideró que se trata de "una maniobra que se está llevando adelante a partir de la reapertura de una denuncia del secretario general del gremio de los judiciales (UEJN), Julio Piumato, "que fue archivada dos veces" por presunto acoso laboral.
En 2011, Piumato había presentado una denuncia contra el magistrado platense por presunto acoso laboral a 11 trabajadores y había calificado al juez de "verdugo que viola los derechos humanos de sus víctimas".
El tribunal que preside Rozanski condenó por delitos de lesa humanidad de la dictadura a cadena perpetua al ex coronel Angel Gómez Pola y el ex comisario Abel Oscar Bracken; 18 años de prisión a Miguel Almirón y a Julio Esterlich; Francisco Silvio Manzanares y al médico Aldo Antonio Chachietta -quien murió una semana después- recibieron 25 años; y Edgardo Antonio Mastandrea, 15 años.
También hizo lo mismo con el cura Cristian Von Wernich y al ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz, entre otros.
EL ROL DE "PERIODISMO PARA TODOS"
El puntapié para la reaparición de la causa por supuesto “acoso laboral” de Rozanski a los empleados judiciales lo dieron los periodistas Jorge Lanata y Romina Manguel en el programa Periodismo para Todos, el 24 de julio. Ese punto de partida luego fue articulado entre “el Sr. Julio Piumato y el Representante del PEN en la CDA, Consejero Dr. Juan Bautista Mahiques”, dijo Rozanski, y agregó: “en obediencia debida al Presidente de la Nación. Antes de ese programa, los expedientes tramitados estaban archivados”, dijo el magistrado platense.
“¿Cómo puede resucitarse un expediente administrativo/disciplinario respecto del que el propio Presidente de la CDA frustra su tramitación y deja abandonado?”, se preguntó Rozanski.
En el programa, Lanata y Manguel difundieron que el Poder Ejecutivo planeaba echar antes de fin de año a tres jueces federales: además de él, a Daniel Rafecas y a Eduardo Freiler. El punto que une a los tres jueces es que participaron de la causa por Papel Prensa, que apunta directamente al multimedia Clarín.
“Esta vez debo enfrentar una situación nunca antes vivida. Periodistas inescrupulosos al servicio de intereses espurios de medios de comunicación hegemónicos han anunciado públicamente el 24 de julio del corriente año que el Poder Ejecutivo Nacional había ‘decidido echar’ a tres jueces antes de fin de año y que tenía los nueve votos necesarios en el Consejo de la Magistratura”, escribió Rozanski.
Dos semanas después, el representante del Poder Ejecutivo de la Nación en el Consejo de la Magistratura, Juan Bautista Mahiques, impulsó la denuncia de Piumato. Esas acusaciones no tienen hechos nuevos, “son un ‘refrito’ de las denuncias previas intentadas por Piumato. Lo único novedoso que tienen las presentes actuaciones es su estrecha correspondencia, temporal y de objeto, con el anuncio del periodista Lanata”, refirió Rozanski.
En su defensa, el titular del Tribunal Oral Nº 1 de La Plata, que condenó al represor Miguel Etchecolatz, al cura Christian Von Wernich, y que realizó los juicios de La Cacha, Circuito Camps y la Unidad 9, consideró que su defensa “radica en que la Comisión de Disciplina y Acusación (del CM), con nueva integración a los efectos de resolver el presente, en función de los planteos de excusación y recusación, dicte la providencia de nulidad total, absoluta, insanable y manifiesta, disponiendo el archivo de estas actuaciones, mal iniciadas y peor tramitadas, con grave lesión a los derechos y garantías, constitucionales y convencionales, esgrimidas por mi parte”.
Los intentos de “saboteo” de Piumato en el desarrollo de los juicios por crímenes de lesa humanidad realizados por Rozanski ocupan un buen tramo del texto presentado. El líder de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación se presentó personalmente en las puertas del tribunal platense, el 2 de diciembre de 2010, y mediante amedrentamientos y acompañado por patotas buscó entorpecer los debates en la causa de la Unidad 9, que despertó su particular resistencia.
Rozanski denunció que Piumato haya empapelado los alrededores del tribunal con leyendas que agraviaban su nombre. Lo mismo hacía con los empleados y funcionarios judiciales. “No es casual que cada vez que se iniciaba uno de los juicios aparecían sus secuaces con ataques feroces para desestabilizar y afectar la tranquilidad necesaria para este tipo de actividad”. Uno de sus secuaces, señala Rozanski, es Gregorio Spina, militante del movimiento de Luis Abelardo Patti, actualmente condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.
Rozanski también apuntó a las reiteradas amenazas recibidas en su tribunal, que generaron la intervención de la Relatora Especial sobre la Independencia de Magistrados y Abogados (Gabriela Knaul), y la Relatora Especial sobre la situación de los Defensores de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (Margaret Sekaggya).
Por último, el juez federal transcribió una carta de empleados y funcionarios de su tribunal dirigida a la agencia Telam, de mayo de 2011, en la que dicen: “nos encontramos en condiciones de afirmar que no compartimos ninguno de los agravios incluidos en la denuncia –de la que no formamos parte y estimamos falsa–, introducida por la Unión de Empleados. De contrario, podemos dar fe de una actividad laboral comprometida y desarrollada cordialmente en la cual jamás hemos sido acosados o maltratados laboralmente por parte del Dr. Rozanski, ni hemos presenciado situaciones semejantes”.