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Villa tenía todo para golear a Argentino pero terminó ganando 3-2

El equipo de Finarolli se había puesto 2-0 cuando iban veinte minutos, pero los de Pergamino descontaron rápidamente. Millares fue la figura del encuentro.

Martes, 17 de marzo de 2015 a las 00:59

Con el debut en el banco de suplentes de Mario Finarolli, Villa Belgrano recibía a Argentino de Pergamino por los octavos de final del Torneo Federal C. El conjunto de Junín buscaba una diferencia que le de cierta tranquilidad para viajar a Pergamino en el partido de vuelta. Sin embargo el encuentro comenzó con muchas imprecisiones y confusiones excepto cuando la pelota pasaba por la sociedad Germán Tuso-Luciano Millares. Allí nacían las buenas intenciones del equipo de la V azulada. Toque y movilidad para generar espacios donde no había y abrir para la llegada de Valli por izquierda y Orrico por derecha. Fueron los cuatro jugadores que se encargaron, a los 10, de generar el gol del equipo local. Luego de recuperar la pelota en posición defensiva, el 10 comandó el contra golpe. Trasladó lo necesario, por el centro, y en el momento justo soltó la pelota a la derecha para la llegada de Orrico, que lanzó el centro al segundo palo donde llegaba Valli, quien remató de cabeza, pero la pelota fue devuelta por Castelli, pero el que venía llegando de frente fue Germán Tuso que con un remate preciso abrió el marcador.

Luego, a los 20, apareció nuevamente el ex El Linqueño que tomó la pelota en tres cuartos de cancha y se llevó a la rastra a Roldán, quien al entrar al área lo bajó desde atrás cometiendole penal al propio Millares que se encargó de transformar en gol. Dos tantos. Dos intervenciones decisivas del 10. Millares por momentos parece conocer todos los secretos de este deporte. Sabe cuándo acelerar, cuándo frenar, cuándo sostener la pelota, cuándo tocar y pasar, cuándo aguantar. Resuelve llegando como centro delantero, pero puede ejercer de wing y ponerle una pelota perfecta en la cabeza a Wenceslao Soler. Todo parecer ejecutarlo con maestría y sabiduría.

Sin embargo lo que parecía iba a ser una noche tranquila para el Villero se comenzó a complicar apenas dos minuto después. Tras una falta sobre la derecha, Yabrón envió un centro-arco que alcanzó a peinar Roldán a la altura del penal y la pelota se metió picando en el segundo palo de Adrián Villa.

El local siguió intentando con las mismas armas pero sufría en defensa con la movilidad y el criterio para sacar faltas o generar peligro de Ledesma y Bocanera. Y así, a los 37, llegaron a la igualdad, luego de una buena jugada por derecha del número 10, que derivó en Nardoni, quien habilitó en el centro del área a número 9, que controló y ante la salida de Villa la punteó con derecha para empatar el partido.

El segundo tiempo no contó con la inspiración de ambos equipos y ya a los cinco, Finarolli decidió sacar a Valli y mandar a Aquino al campo. Esa elección tuvo dos consecuencias. La inmediata fue el tercer gol de Villa. Más por una cuestión de azar y convencimiento del uruguayo que por virtudes colectivas, ya que después de un tiro de esquina, Aquino encontró la pelota en el área y luego de rematar dos veces ingresó picando, como pidiendo permiso entre las piernas rivales. El posterior efecto que derramó aquella decisión fue la falta de fútbol que padeció el Villero a partir de allí. La idea de tirar a Germán Tuso a la izquierda (lo estaba haciendo de enganche) lo alejó de su mejor socio (Millares), le quitó sorpresa y se volvió un equipo previsible. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos el visitante parecía pesarle el encuentro y los delanteros quedaban cada vez más aislados de los medios, al tiempo que Villa contó con alguna situación más que no pudo concretar.

Fue 3-2 pero quedó un sabor a poco para el Villero, luego de ese gran arranque con la ventaja de 2-0.