Por Luciano Lahiteau, especial para Junín Noticias
“Es un reseña optimista de la situación”, advierte Neil Young sobre The Monsanto Years, su trigésimo sexto disco, que se conocerá en junio y que constará de una serie de canciones inspiradas en el gobierno de las corporaciones, en especial las del agronegocio. Solicitado por la revista norteamericana Rolling Stone, Young aseveró en enero que ya estaba trabajando en el álbum, de 9 tracks, que volverá a mostrar la faceta más combativa de este hombre nacido en Toronto, Canadá, hace 69 años.
No será la primera vez que Young haga algo por el estilo –son memorables sus pronunciamientos en favor de los pueblos originarios norteamericanos y la abolición de la pena de muerte, sus condenas al colonialismo y las recetas neoliberales, su conciencia medioambiental y su militancia en favor de los pequeños y medianos granjeros estadounidenses-. Pero sí se trata de la primera vez en la que el destinatario de sus canciones sea una corporación empresarial concreta, la poderosísima Monsanto, fabricadora y desarrolladora de semillas genéticamente modificadas, sus aditivos y plaguicidas. “En realidad no tengo nada en contra de las personas que trabajan en Monsanto –explicó Young en el IFC Center de Nueva York, un auditorio de música y cine independientes-. Pero Monsanto es el niño del cartel para los problemas que estamos teniendo con el gobierno de las corporaciones”.
Monsanto es una trasnacional que cambió la forma de producir alimentos en el mundo. Mediante sus semillas genéticamente modificadas, avanzó sobre la agricultura tradicional creando un modelo de negocios que excluye a los productores pequeños y medianos y beneficia a los grandes, únicos capaces de pagar anualmente el paquete de semillas, aditivos y herbicidas que Monsanto desarrolla, fabrica y patenta. El rinde de las semillas genéticamente modificadas es sobrenatural, sobre todo porque fueron diseñadas para resistir la aplicación de poderosísimos agroquímicos (desarrollados por Monsanto y sus empresas satélite), que vienen siendo cuestionados por comunidades de todos los territorios donde se desplegó este modelo, dado que su veneno termina en las personas a través del aire, el agua o los alimentos que consumen.
Varios son los lugares donde se llegó a legislar en contra de este modelo de agricultura. En nuestro país, por ejemplo, ya son varios los municipios que han prohibido o restringido el uso de agrotóxicos como el glifosato -especialmente en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires-, a partir de la convicción de que su uso altera el ambiente y la salud de las personas, provocando cánceres, malformaciones y abortos espontáneos. El modelo Monsanto llegó a la Argentina a mediados de los años ’90, durante la presidencia de Menem, cuando el por entonces Secretario de Agricultura de la Nación, Felipe Solá, permitió la introducción de la soja transgénica en un trámite exprés.
En Estados Unidos, la situación es similar: no hay una legislación federal, pero sí una creciente conciencia sobre el impacto del modelo Monsanto en la vida de las personas. El año pasado, por ejemplo, el estado de Vermont sancionó una ley que obliga a los productores a etiquetar a todos los productos que contengan alimentos genéticamente modificados a partir de 2016. La norma, que tiene varios proyectos similares que esperan ser tratados en otros estados de la unión, no va en contra de la producción de transgénicos, pero al menos pone al corriente a los consumidores sobre cómo se producen los alimentos que compran. Monsanto, de todas maneras, ya se pronunció en contra de la regulación.
Con los hijos de Willie
“A nadie le gusta Monsanto. Nadie quiere alimentos genéticamente modificados en su comida, al menos las personas quieren saber si hay algo de eso para poder decir ‘no’. Estoy realmente orgulloso de estar de este lado de la historia con Neil”, declaró Lukas Nelson, hijo del histórico músico country Willie Nelson. Él y su hermano Micah forman parte de Promise of the Real, el grupo que acompaña a Young en este nuevo disco.
Neil Young conoció a Lukas y Micah el año pasado, en uno de los conciertos de Farm Aid, un evento anual que se celebra desde 1985 en favor de los agricultores familiares de Estados Unidos. La consigna era rechazar la instalación del conducto de Keystone, una tubería de 3.456 km que pretende transportar petróleo crudo desde Illinois, en Estados Unidos, hasta Alberta, en Canadá. Aquella noche, Lukas y Micah tocaron junto a su padre, Willie Nelson. Al finalizar el concierto, Young los invitó a su motorhome para mostrarles unas canciones que quería tocar con ellos. “Todos la pasamos de maravilla”, recordó Lukas. Luego de otro encuentro benéfico organizado por Young, los músicos perdieron contacto hasta diciembre. Entonces, llegó un correo electrónico a la casilla de Micah: “Escribí un manojo de nuevas canciones. Quiero que ustedes vengan a hacer el disco conmigo. Con cariño, Neil”.
Young citó a los hermanos Nelson en Oxnard, California. Allí los esperaba el ingeniero de sonido John Hanlon, quien tenía instrucciones precisas de Neil Young: el disco se grabaría en Teatro, una sala donde el padre de Lukas y Micah grabó su disco de 1998, llamado también “Teatro”. “La primera semana Neil no estaba con nosotros”, recordó Micah. Young les comunicó que quería que se aclimataran al estudio grabando algunas canciones propias, hasta que se sintieran cómodos. Después les envío un CD con versiones crudas de las canciones que iban a grabar. “Era solo él y su guitarra. Tomamos eso y casi que fue la única instrucción que recibimos sobre lo que íbamos a hacer”, informó Micah Nelson.
Todo, bajo la mirada del hombre de confianza de Young, John Hanlon. “Él siempre nos decía: ‘Hey, no se aprendan demasiado bien las canciones’-recordó Micah-. ‘Tóquenlas una vez por día, solo para saber los cambios de acorde, pero manteniendo la frescura y la espontaneidad’”. Una semana después, Neil Young estaba con en la sala tocando con ellos y cuatro más tarde el disco estaba terminado. Todo el proceso de grabación fue registrado para un documental que saldrá simultáneamente al disco, y que incluye algunas tomas más con Young y su banda disfrazados de granjeros o ejecutivos de Monsanto.
Con todo el trabajo hecho, los hermanos Nelson decidieron probar las canciones ante auditorios pequeños, sin mencionar que el histórico Neil Young se uniría a ellos sobre el escenario. “No queríamos meternos en la boca del león, especialmente con estas canciones”, admitió Micah Nelson. “Sabemos que un montón de poderes van a tratar de enterrar el disco si pueden. Nosotros queremos llegar a las comunidades que están sufriendo la peor parte de lo que el disco habla; los pueblos de granjeros y los lugares donde pueden comprenderlo. No grandes escenarios con un montón de prensa y grandes corporaciones o cosas por el estilo viniendo a los conciertos e intentando hacer algún acuerdo”.
Young anunció la edición de "The Monsanto Years" a través de Democracy Now, un diario sonoro que funciona en red con medios sin fines de lucro de toda América. Allí, anticipó que el disco se conocerá a fines de junio y estrenó el video de “A Rock Star Bucks A Coffee Shop”, que muestra la trastienda de la grabación. La canción, que forma parte del disco, juega con el nombre de la conocida cadena de café, que como Monsanto, utiliza alimentos transgénicos en sus productos. Allí, Young y los hermanos Nelson cantan: "Monsanto, dejá a nuestros granjeros sembrar lo que quieran sembrar".