(en La Serena)
(Papi, aunque parezca imposible, son muchos los que aquí aseguran tener fórmulas mágicas para parar al 10)
El operativo paraguayo para capturar a Messi apela todo tipo de entramados. Ramón Díaz aparece en público y tira todo un despliegue futbolero para poder frenarlo. El delantero Haedo Valdez dice que básicamente no es posible. Por las calles chilenas más de un delirante juega a tirar fórmulas mágicas. Pero esto, aunque algunos digan que se trata de pura brujería, asegura tener realidad. El defensor Paulo da Silva y el arquero Justo Villar dicen que saben las cábalas del Tata Martino y que ya hay un Comando ocupandose de resolverlo.
Para los que no lo recuerdan: Martino, antes de dirigir a Argentina y a Newell’s y a Barcelona, fue el entrenador de Paraguay. Y ahí dio muestras de cuáles son sus artilugios.
Da Silva habló con sus compañeros, con los que juegan por los laterales, y les dio la orden: “En cuanto puedan, vayan y pateen la botellita de agua que tiene en el costado”. Es que el entrenador argentino pone en uno de los vértices del corralito donde se paran los técnicos una botella que tiene agua bendita y en la que cree fervientemente. Por lo bajo, dice que es simplemente costumbre. Pero a la hora de ganar y, sobre todo, frente a la opción de poder sacarle la pelota a Messi bien vale apelar a que al técnico le sale todo mal.
Aunque eso no es lo único. Justo Villar, el arquero que alguna vez atajó en el fútbol argentino, dijo que piensan hacer una movida más de rugby que de la pelota. Cuando Martino esté por entrar a la cancha, ir corriendo y taclearlo para que no pueda persignarse y así anularle otra de sus magias.
Ingresar a la habitación donde duerme Messi no es posible, siquiera, para el mismísimo Tom Cruise de Misión Imposible. Shrek, para llegar hasta la princesa Fiona, no tuvo que superar los exactos siete controles previos a llegar a él, sin incluir en eso la situación de tocar la puerta y que él aparezca.
Otra opción, propuesta por un nene paraguayo que jugaba sobre el cañón decorativo del Faro de La Serena es llamar a Peter Pan para que lo secuestre y lo lleve al país de nunca jamás. Esa, ahora que lo dice, sería una buena solución para tener para siempre al crack, conservado en ese formo de leyenda.
Que simplemente juegue mal parece más que un delirio.
La mejor opción, entonces, sin dudas, es apelar a la magia. Y contradecir a este Harry Potter con algún Voldemort.
Por Ezequiel Scher para Familia Mundial