A pesar de ganar o perder un proceso electoral, la asunción de un gobierno electo democráticamente es un acto que festejamos con alegría los que defendemos este sistema.Es nuestra responsabilidad respetar la decisión popular y colaborar con el nuevo gobierno porque es sabido que de su éxito depende la realidad de todos los argentinos.
Así mismo tenemos un fuerte compromiso con aquellos que nos honraron con su voto y nos eligieron confiando en nuestra identidad y pensamiento político, para defender y trabajar en la protección de nuestro sistema y el progreso de la calidad de vida los ciudadanos.
Venimos de años donde el poder central ha tenido la práctica de avasallar a cada rincón del estado, como los fondos públicos, los números y las estadísticas públicas, los medios de comunicación públicos, las cadenas nacionales, el consejo de la magistratura, la designación de jueces y fiscales, la legislatura como escribanía, la discriminación y hostigamiento económico a los municipios y provincias disidentes, etc etc etc.
Es inaceptable que a menos de 10 días de asumir, el Ing Macri por decreto presidencial designe a dos Jueces de la Corte Suprema de Justicia, justificándose en una interpretación dudosa de un obsoleto inciso, de un artículo de la constitución nacional, evadiendo el imprescindible debate previo de los senadores en la cámara alta.
Nuestro flamante presidente tendrá que tener mucho cuidado en la manera en que transitará estos primeros pasos hacia la recuperación de los valores federales y republicanos, desafío, que con agrado escuchamos atentamente en su discurso de asunción el 10 de diciembre. Porque la historia Argentina ya no soporta otro traspié en este sentido y colaborar con un nuevo gobierno tiene un límite, y es el de la desmesura en el ejercicio del poder.