Julián Clarke nació el seis de abril de 1990 pero no recuerda en qué momento llegó al Junín Golf Club. Lo que sí sabe es que desde muy chiquito se dio cuenta que ése era su lugar en el mundo y que de allí iba a ser muy difícil alejarlo. Ligado a una familia que le transmitió la pasión por el golf, hoy derrocha en cada una de sus palabras ese sentimiento heredado. “Mi abuelo jugaba y mi viejo también, así que me crié acá. Hasta que cumplí 14 que me becó la Asociación para que pueda ir a entrenar a Buenos Aires. Ahí integré el equipo sudamericano en 2004 y 2005. Después cuando cumplí 18 me fui a Buenos Aires, me quedé becado porque estaba entre los primeros 10 de Argentina hasta que me hice profesional y volví al club”.
-¿Cuándo arrancaste tenías un grupo de amigos en el club o los fuiste haciendo acá adentro?
-Es difícil desde chiquito si no tenés amigos que practiquen golf, porque siempre te tira más hacer deportes de equipo. Pero tuve la suerte de criarme acá junto con Pedro Bocaccio, Martín Celci, José Borruto, Ignacio Etcheparte, Luchy Cansado, que eran todos más o menos la misma edad y siempre jugábamos juntos. Eso contribuyó en mi continuidad en este deporte y además porque desde chiquito sabía que quería jugar al golf.
-¿Tenías el objetivo de ser profesional o se fue dando con el paso del tiempo?
-Es difícil darte cuenta. Cuando empecé a jugar torneos nacionales o los nacionales de mayores y me medí con los rivales me fui dando una idea. Yo tuve la suerte de empezar a jugar bien y a representar a Argentina en varios torneos y ahí me encaminé para ser profesional. A los 14 o 15 ya sabía que quería jugar como profesional.
-Llevás dos años como profesional, ¿cómo fue ese cambio de ser aficionado a profesional?
-Con la adaptación tuve suerte porque es muy difícil pasar de aficionado a profesional porque el nivel es totalmente diferente. No sé si es mejor, pero hay muchos jugadores en muy pocos golpes, en cambio en aficionados se nota más la diferencia de los primeros con los de mitad de tabla o los últimos. En los primeros torneos como profesional yo veía que estaban todos muy cerquita y podía ganar cualquiera. Pero en aficionados siempre gana el mismo o hay 3 o 4 que ganan siempre.
El diálogo se da en la galería de la cantina del Junín Golf Club, con una tarde espléndida, que invita a recorrer el césped de los 18 hoyos, los pajaritos que cantan de fondo y los saludos de los socios que andan por el club. La cancha, vista desde ese lugar, aparece como un escenario ideal para relajarse, sin embargo en todos los deportes, aunque de diferentes maneras, existe la presión.
-¿En qué consiste la presión en un deporte tan individual como este?
-Siempre le querés ganar a la cancha, pero yo no sé si es la presión. Lo que te cuesta mucho es mantener la concentración durante toda la vuelta y estar enfocado en cinco o seis horas que estés dentro de la cancha durante cuatro o cinco días, incluidas las vueltas de práctica, que son más cansadoras. Después la presión se siente en los primeros días donde tenés que pasar el corte; y obviamente en la definición, donde no podés fallar.
-¿Qué análisis hacés en estos dos años con respecto a la adaptación, al juego y a los resultados?
La verdad que me adapté bien. Jugué mi primer torneo en Chaco y tuve la suerte de quedar entre los primeros 24 jugadores y a la semana siguiente se jugaba un torneo en Misiones con corte clasificatorio donde después del día viernes quedan los primeros 30. Pasé ese corte por lo que la presión que tenía ya no era la misma y comencé a jugar con tranquilidad. El 2013 fue un año positivo porque terminé entre los primeros 60 jugando solo la mitad del año. Eso me dio la posibilidad al año siguiente de no jugar la escuela, que de no haber finalizado en ese lugar lo tendría que haber hecho para poder ingresar al tour.
-Y cómo te fue en ese 2014
-Jugué mejor que el anterior pese a no haber arrancado bien porque no pasé el corte en Mar del Plata. Después jugué muy bien hasta llegar a estar 33 del ranking, pero en el cierre del año fallé en tres corte y bajé un poco así que quedé entre los primeros 50 y mejoré cuatro categorías con respecto al año anterior. Tenía categoría 8 y ahora tengo 4, mientras que los primeros tres son solo de ganadores.
-¿En este 2015 como viene el calendario?
-Este año jugué en Playa Grande donde no pasé el corte, el Abierto de la Federación en Lincoln donde terminé quinto y en el Abierto de Olavarría finalicé tercero. Este fin de semana estaré en Puan. También voy a jugar la preclasificación del PGA de Latinoamérica que se hagan en el país o en los países limítrofes.
-¿Qué objetivos tenés para esta temporada?
-El objetivo año tras año es subiendo la categoría. Hoy estoy en la categoría cuatro y la idea es pelear los primeros lugares, tratar de conseguir un top 10 o top 15, para el año que viene intentar jugar un tour más grande del PGA.
Se termina la charla y los saludos siguen. Uno tras otro, los socios que pasan para la cancha se frenan a saludar a único golfista profesional que tiene el club. Él, les devuelve el saludo llamando a todos por sus nombres. Está como en el patio de la casa, pero en el Junín Golf Club.