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Rodolfo Walsh y sus oficios terrestres en viñetas

La editorial Maten al Mensajero publica una biohistorieta que narra la vida del periodista y escritor argentino asesinado y desaparecido el 25 de marzo de 1977, luego de publicar su célebre carta a las Juntas Militares. “Queríamos contar todas las etapas, intercalar el Walsh padre, el Walsh amigo, el camarada, al que le gustaba jugar al ajedrez”, cuentan Gonzalo Penas, uno de sus autores.

Por Redacción

Domingo, 06 de marzo de 2016 a las 02:31

Por Luciano Lahiteau, especial para Junín Digital.

La personalidad de Rodolfo Walsh (1927-1977) ha ido desgajándose de a poco, como una fruta a la que se le van descubriendo sus propiedades nutritivas. Walsh murió acribillado por un grupo de tareas de la dictadura cívico-militar el 25 de marzo de 1977, un día después de que se hiciera pública su Carta Abierta a las Juntas Militares. En ese documento histórico, Walsh denunciaba el genocidio puesto en marcha por Videla, Massera y Agosti, el plan económico devastador pergeñado por Martínez de Hoz y el asesinato y desaparición de miles de personas por razones políticas, entre las que se encontraba su hija Victoria. 

Walsh era militante de Montoneros, uno de los más lúcidos. Era periodista, fundador de la agencia ANCLA, hábil jugador de ajedrez y escritor de policiales. Fundó el género de novela de no ficción con Operación Masacre (1957), donde narraba la historia de un grupo de trabajadores fusilados en José León Suárez durante la resistencia peronista. Escribió una autobiografía y produjo documentos críticos hacia la conducción de Montoneros y sobre el oficio del periodismo, y publicó otras dos investigaciones periodísticas que conforman un canon en el oficio: “¿Quién mató a Rosendo?” (1969) y “El Caso Satanowsky” (1973).

Todas esas aristas de su personalidad –incluso el poco conocido viaje a Palestina en 1974- se condensan en “RW: Rodolfo Walsh en historietas”, una biohistorieta realizada por el periodista y poeta Gonzalo Penas y el historietista e ilustrador Cristian Camba, y publicado por la editorial independiente Maten al Mensajero, que la ofrece en su tienda virtual (http://matenalmensajero.mitiendanube.com/maten-al-mensajero/editorial/rw/). “Nosotros queríamos recorrer todos esos tiempos –explica Gonzalo Penas, guionista de la historieta-. Queríamos mostrar al Walsh que hace ese pasaje del nacionalismo al peronismo y cómo se dio ese camino. Queríamos contar todas esas etapas que enumeraba pero desde su rol más humano”.

¿De dónde surge la idea de contar la historia de Walsh y de hacerlo en historieta?

Queríamos contar la historia de un personaje que nos gustara. De un personaje que admiráramos. Y con Santiago Kahn, director de la revista Maten al Mensajero, se nos ocurrió que de esa lista que habíamos pensando, Walsh es el que tenía más aristas para tratar. Sobre todo desde la novedad porque no solo no hay una biohistorieta de Walsh sino que incluso hay algunas cuestiones poco tratadas como su rol más humano. Eso es lo que más queríamos mostrar: obviamente desde su rol como escritor de cuentos policiales y como militante. 

La historieta venía publicándose por entregas en Maten al mensajero. ¿Qué los alentó a publicarla por separado? 

La revista recupera la idea de narrativas varias dentro de una misma publicación. Entonces podés encontrar aguafuertes, folletines e historietas por capítulos. Con esa idea original, pensamos que dividir la historieta en capítulos y que la primera página de cada uno sea la secuencia de los últimos minutos de su vida. A su vez, que esa página se conectara con alguna cuestión puntual de su vida, la cual sería el eje espacio-temporal de ese capítulo en particular. Por eso, primero elegimos qué contar de cada capítulo y luego empezamos a hacer la historieta.

Contar la historia de Walsh es una toma de posición política, sobre todo respecto de la forma de ejercer el oficio del periodismo ¿Qué relación tiene la historieta con la revista, de qué manera habla esta publicación del proyecto editorial que lo engloba?

Maten al Mensajero, junto a otras revistas que forman parte de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA), recupera la idea de revista cultural en el país y de forma independiente. Creo que ahí ya hay una posición política clara; como la de salir en papel y llegar a los kioskos de revistas. Si bien tenemos en cuenta que hay un público de librería -y que además la revista te la podés descargar de Internet- nosotros queríamos estar en el kiosko y lo logramos. De forma independiente. Y la historieta va en ese sentido: el de mostrar el lado más humano de un intelectual que le tuvo que meter mucho el cuerpo a su laburo. Tanto que le puso su vida.

Walsh introdujo una nueva forma de policial en el país. Su vida, en un punto, terminó siendo un policial negro, un género social en el sentido de que habla de un estado de cosas en el cual la trama se desarrolla. ¿Qué significó para ustedes hablar de Walsh y su tiempo? 

A mí me gusta pensar más en Walsh y sus tiempos. Hay que pensar que él mismo reconoce en su autobiografía (que está publicada al final de los Cuentos Completos) que tardó años de pasar del mero nacionalismo al peronismo, que tarda años en cerrar los cuentos; si uno lee sus Papeles publicados tenía cierta obsesión con la publicación de una novela que nunca iba a llegar. Luego tenemos toda su etapa como periodista en el diario Noticias o en ANCLA; es decir, hay varios tiempos en el mismo Walsh. Y nosotros queríamos recorrer todos esos tiempos. Queríamos mostrar al Walsh que hace ese pasaje del nacionalismo al peronismo y cómo se dio ese camino. Queríamos contar todas esas etapas que enumeraba pero desde su rol más humano -intercalar esos momentos con, por ejemplo, el Walsh padre, el Walsh amigo, el camarada, al que le gustaba jugar al ajedrez. Fue un lindo desafío. Porque nos terminamos encontrando con una persona que para nosotros fue y es una eminencia, pero que en el día a día era un tipo como nosotros cuando nos juntamos a tomar algo con nuestros amigos en un bar.