En los últimos tiempos, si escuchamos con atención tanto las conferencias de prensa de deportistas y directores técnicos, así como los análisis de periodistas deportivos al finalizar un evento, siempre encontramos frases como : “no pude jugar en mi mejor nivel”, “nos dieron vuelta el partido y no supimos cómo manejarlo”, “se hace expulsar sin necesidad”, “al equipo le falta actitud”, “no transpiran la camiseta” y muchas má. Sin ir más lejos, la Selección Argentina ha sido motivo de muchas horas de comentarios y análisis. ¿Qué destacamos de esta situación? Que siempre se menciona un componente psicológico al evaluar el rendimiento deportivo. Somos seres humanos antes que deportistas, y por tal motivo, no podemos separarnos de nuestras emociones y nuestros pensamientos al entrar al campo de juego.
“La verdadera fuerza no reside en los brazos sino en el espíritu”, sostenía Bruce Lee.
La psicología deportiva es una ciencia que se define como una rama especial de la Psicología, pero también como una de las especialidades de las ciencias del deporte (caso de España, ya que inicialmente se originó como especialidad en los centros de educación física y luego se especializa en psicología deportiva y neurociencia aplicada al rendimiento como master a la carrera de Psicología).
Tiene como finalidad ayudar al deportista a mejorar su rendimiento. Estudia los procesos y manifestaciones psicológicas que motivan la práctica de un deporte y que se originan a partir de la competencia. Entrena las habilidades psicológicas necesarias para que el deportista, individual o colectivamente, pueda enfrentarse con mayores recursos a la situación de competencia. Ese entrenamiento estará definido no solo por las características de personalidad del deportista, sino también por las características y necesidades concretas de cada disciplina.
“Los campeones no se hacen en los gimnasios. Los campeones se hacen de algo que tienen en su interior”, sentenció Muhammad Alí.
Creo firmemente en el importante rol que cumplen los aspectos psicológicos a la hora de competir: cómo afectan factores como la presión, el estrés, las emociones, la confianza, la concentración, la activación, la motivación, el liderazgo, la cohesión de grupo, en el rendimiento deportivo.
¿Qué deportista no ha tenido alguna vez estas sensaciones?:
* Me siento nervioso antes de un partido
* No rindo lo mismo en los partidos que en los entrenamientos
* Me paraliza la presión
* No logro disfrutar del juego, lo sufro
* No logro conectar con el equipo, no estoy cómodo
* Me distraigo fácilmente
* Me enojo fácilmente en la competencia
* Me rindo si las cosas no salen como esperaba
* Mis movimientos se vuelven torpes
* Me siento bloqueado
Y tantas otras más...
“Antes siempre había pensado que se trataba tan solo de táctica y técnica, pero todos los partidos se han vuelto físicos y mentales. Trato de empujarme a moverme bien. Trato de empujarme a no enojarme y mantener una actitud positiva, y eso es mi mayor mejora en todos estos años. Bajo presión puedo ver las cosas muy claras”, aseguró Roger Federer.
Para poder comprender por qué atletas con el mismo nivel técnico/táctico y entrenamiento físico se comportan de manera diferente en situaciones de competencia, necesitamos conocer los aspectos psicológicos involucrados. El hecho de conocer las herramientas psicológicas a nuestro alcance permitirá que logremos el equilibrio mental y emocional que nos puede llevar al éxito.