En un momento difícil para el equipo, donde lo que se juega no es precisamente algo menor, el entrenador Fernando Quiroz decidió apostar, en diferentes momentos, por Maximiliano Méndez, Joaquín Vivani y Nicolás Rinaldi, y le están retribuyendo la confianza al técnico con buenas actuaciones, demostrando que las frases hechas en el fútbol (“no es el momento para poner a los pibes”) muchas veces son adaptables a determinados perfiles, no a todos, y por eso son solo eso: frases hechas.
Ninguno de los tres parece sentir la presión de estar jugando por no descender y estar en la última posición de la tabla de los descensos y así, primero fue Maximiliano Méndez el que ingresó en el equipo, siendo el tercer lateral derecho del plantel y el rendimiento del jugador de Koluel Kayke va creciendo conforme pasan los partidos. Rápido e inteligente par el anticipo, en el partido ante Patronato estuvo siempre un paso delante de la jugada, incluso cuando la pelota no estaba por su sector. Listo para saber que la pelota podía caer sobre su marca cuando la posesión era del Verde lo llevó a recuperar varias para, luego, volverse instantáneamente ofensivo. Además, sobretodo en el primer tiempo, estuvo seguro con los pies y fue opción para romper por fuera o por dentro conformando un buen tándem junto a Adrián Scifo.
Nicolás Rinaldi disputó su segundo partido con la camiseta del Verde y profundizó los indicios que había dejado en aquel primer tiempo con Banfield. El nacido en General Lamadrid, se caracteriza por un buen primer y segundo pase para que la construcción tenga ese ineludible puente para terminar de manera acertada. Tardó un minuto en habilitar de primera a Núñez sobre la izquierda, a favor de la carrera para que el desborde fuera posible. A veces es imperceptible, pero en esos pequeños actos de claridad suelen nacer las buenas jugadas. A diferencia del debut, el desgaste fue menor, ya que la rápida recuperación luego de la pérdida hizo que los trayectos sean más cortos. Además, culminó una de las más claras de Sarmiento, con un remate desde fuera del área que Bértoli sacó al tiro de esquina cuando se metía en su ángulo izquierdo.
En tanto que Joaquín Vivani volvió a ingresar en el segundo tiempo y le aportó al equipo lo que necesitaba: frescura. Rápido, intuitivo, gambeteador y con el traje de recuperador cuando el equipo quedó partido y necesitó de sus piques hacia atrás. El pibe de Nueve de Julio con pasado en las inferiores de Boca mostró otra faceta que no es su especialidad: la de goleador. Tardó 50 segundos en demostrar que lo que le sobra es confianza. La contra salió rápida y llegó por detrás para cabecear, incluso antes que Cuevas. Después anotó el segundo tras un rebote y junto a Vidal generaron la última del Verde, que terminó en un penal no cobrado a Depetris dentro del área chica. Algunos, en otra época, celebraran la muerte de los wines. Los wines están vivos y Vivani es uno de ellos, agiornado a estos tiempos.
Con todo, es solo el inicio pero arrancaron demostrando que pueden estar y que están preparados para el desafío siempre hermoso de jugar en Primera.