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| 23/04/2020

Literatura futbolera: “Senda de campeones, de La Masia al Camp Nou”

El libro escrito por Martí Perarnau hace un recorrido por la ciudad formativa del Barcelona español. Un recorrido desde adentro con los testimonios del mundo blaugrana.

Por Redacción

Desde Laureano Ruiz hasta Josep Guardiola, pasando por una infinidad de formadores y referentes del Fútbol Club Barcelona. Todos hablando y explicando qué es La Masía, la ciudad deportiva gestada en los años 70 dedicada al fútbol formativo de uno de los clubes más grandes del mundo de donde salieron jugadores como Lionel Messi y Andrés Iniesta. En definitiva, el libro explica “de dónde sale la idea de La Masía, quién la apoyó con la determinación necesaria para llegar a convertirla en el modelo que es, porqué funciona tan bien y qué se les pide a los jugadores cuando se les está formando”.

En este fragmento de la publicación, que se editó en 2011 por “10 Books”, rescatamos la importancia de la educación, los datos de los jugadores que se inician, los que llegan y el trabajo de campo no solo con los que serán profesionales, también los que quedarán en el camino.

“Invertir los recursos en la cantera como decisión estructural. Este es el proyecto estrella de la década. Perfeccionar y engrandecer la sociedad blaugrana nuclearizada en torno a La Masia. El Barsa es una idea de juego, un modelo metodológico  una institución levantada sobre piedra y valores formativos. Ideas, métodos, piedras, valores y personas. Una infraestructura social que permite formar moral, intelectual y deportivamente a jóvenes en busca de la felicidad, dispuestos a invertir el 100% de ellos mismos en este proyecto. La Masia, ciudad blaugrana, con sus habitantes y su idioma. Marco referencial de una sociedad culé que, en los últimos treinta años, ha albergado en esa residencia a 514 jóvenes, 458 de ellos españoles (217 catalanes y 241 del resto de España) y 56 extranjeros. El Balance provisional nos dice que exactamente 60 de ellos cumplieron sus sueños, disputando partidos oficiales con el primer equipo, algo más del 11 (contabilizando amistoso, el porcentaje alcanza el 14%)".

Formación integral

Podríamos pensar que los estudios y la formación son secundarios en el éxito futbolístico, pero todos aquellos con los que hablo lo consideran esencial y básico y un termómetro del triunfo como jugador. No por el conocimiento en sí, que también, sino por la formación en valores y la comprensión de que el trabajo y el esfuerzo dan resultados. Guillermo Amor (NdR: exjugador del club -1988/1998- y actual director de las formativas) es uno de los que más inciden en este aspecto.  Por su cargo de director de la cantera blaugrana sería lógico que solo pensara en el fútbol, pero por experiencia propia sabe que no hay éxito sin formación: ‘Cuando los chicos terminan Cadete A y pasan a juveniles se produce una gran criba. Con 15 ó 16 años y hasta los 18 descubren el mundo y entran en una edad que se caen del proceso por cosas ajenas al mundo del fútbol. Y otros, quizá con menor calidad pero con más voluntad y capacidad de esfuerzo, con más ganas de ser futbolistas y ganarse la vida con el balón, consiguen salir adelante. Los valores de la humildad, trabajo y constancia son esenciales. Lo trabajamos con Carles Folguera en La Masia porque la formación y los valores son una de las claves del éxito’.

Felicidad, esfuerzo, compromiso, solidaridad, disciplina, amistad, educación, humildad, inteligencia…Las palabras parecen decir otra cosa, pero hablamos del éxito en el fútbol. Tres hijos de esta Masia acaparan el podio universal: Messi, Iniesta y Xavi recogen el Balón de Oro (2010), símbolo de la apoteosis de una idea y de un idioma. Un premio compartido con miles de chavales que, algún día, pasaron por esta escuela y por las manos de cientos de entrenadores, maestros y profesores que les ayudaron a formarse en todos los ámbitos. Educación en valores, dice Alexako (NdR: exdefensor del Barcelona -1980/1993-, donde disputó 400 partidos; y director del fútbol  base hasta el 2010): ‘No formamos futbolistas; formamos personas. Y, además, buenos jugadores de fútbol’.

Chicos bien educados. Aparte del proceso de educación intelectual, aquí existe otro de formación moral y de eso habla Guillermo Amor, un referente en el barcelonismo por su trayectoria: llegó con diez años al club, prácticamente inauguró La Masia, creció en la cultura del esfuerzo, alcanzó los mayores éxitos como futbolista, fue capitán del primer equipo y hoy orienta con suavidad y templanza el timó hacia el futuro: ‘Le damos mucho valor a la formación moral. Se le ha dado siempre y se le continuará dando. Mis antecesores hicieron cuanto pudieron y más y cumplieron muy bien su trabajo. Nosotros haremos hincapié en los valores y queremos potenciarlos aún más. Sabemos lo difícil que es llegar al primer equipo del Barsa, el porcentaje es pequeño a pesar de ser el club que más confía en la cantera (la mitad de jugadores del primer equipo son de casa). Su comportamiento es exquisito, ejemplar, todo eso es fruto de un trabajo de muchos años y de muchísima gente. ¿Qué haremos nosotros? Lo mismo. Queremos que los chicos piensen que si hacen las cosas bien y se esfuerzan y trabajan tendrán posibilidades, digo posibilidades, de llegar al primer equipo. Si están aquí es porque tienen buenas cualidades, pero no es fácil llegar por más que esté Pep en el primer equipo, que tenga las puertas abiertas y que, en cualquier momento, pueda dar nuevas oportunidades. Pero, si no ocurre así, que sepan que la vida continúa y que deben ganarse la vida en otro equipo. Y ganarse la vida en el fútbol no es fácil porque tienes que conseguir un equipo de buen nivel’.

¿Y si no lo consigue?: ‘En ese caso’, responde Amor, ‘deberán integrarse en la sociedad de otra manera y lo conozco muy bien porque tuve compañeros que trabajaron tanto como yo pero a los que las cosas no les salieron bien y que, después, no han sabido qué hacer o de qué trabajar. No se trata de alcanzar una titulación universitaria, pero sí una cultura y una formación sólidas’. Albert Benaiges coincide en el criterio: ‘El club le otorga mucha importancia a la educación. Mucha. No podemos olvidar que un jugador de fútbol, sino un niño. Este niño tiene tres partes importantes: la moral, la intelectual y la deportiva. Y son tres partes que no pueden disociarse ni disgregarse nunca. Hemos de cuidar su entorno, su formación intelectual y la deportiva. Porque si no lo hacemos  así, no tendrá una educación integral adecuada’.

La importancia de Laureano Ruiz en la idea:

“…Cuando llegó tuvo que arrancar un cartel que del despacho de la secretaría técnica que, textualmente, decía: ‘Si vienes a ofrecerme un juvenil que mida menos de 1,80 m date la vuelta’. ¿Rondos en el Barsa? Los implantó Laureano, pionero del juego de posición y toque en el que se priorizaba la calidad técnica del futbolista, su velocidad de reacción y, por encima de otros factores, su inteligencia para aprender y comprender el juego.

Así que, cuando en 1988, Cruyff dice: ‘Esto va por aquí’, a mucha gente del club le suena la música porque es muy parecida a la que le escucharon a Laureano Ruiz en 1972, el primero que buscó jugadores de talento sin que importara su tamaño o envergadura. Quería futbolistas que controlasen el balón de primera, se asociaran, tocasen rápido, conservaran el cuero y crearan superioridad a partir de la técnica individual y los automatismos colectivos. La tarea de Laureano en los años setenta resultó épica, pues chocó contra las reglas establecidas que priorizaban jugadores altos y fuertes aunque fuesen torpes y tuvieran pies cuadrados…”.

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