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| 15/10/2022

El Mundial de Justo

Un cuento de Juan Boianelli sobre la otra cara del Mundial de Catar 2022.

Por

Por: Juan Boianelli

Justo es amante del fútbol. Y, como tantos otros apasionados por dicho deporte, soñó con concurrir al mayor evento convocante: la Copa Mundial de Fútbol. 

El próximo tendría lugar en Qatar, el tercero a realizarse en el Continente Asiático. Noviembre de 2022 sería la fecha. Durante veintiocho días los ojos del mundo estarían puestos en la mágica competencia. 

Y Justo decidió que no quería perderse un solo día de la fiesta deportiva. El costo sería grande, pero a Justo ello no le hacía mella. Familiares, amigos, créditos –quizá impagables-, todo contribuyó a juntar los dólares necesarios, que serían canjeados por los riales, moneda catarí, la única aceptada por aquellos lares. 

Concurrió a la agencia de turismo amiga y, luego de varias reuniones, ultimó detalles del próximo viaje y fijó con un empleado la fecha para firmar los documentos necesarios. 

                            ……………………………  

El nuevo Aeropuerto de Doha lo recibe. 

El día de la inauguración, el del primer partido, llega. Justo se prepara para la fiesta. Su sueño está a punto de verse cumplido. 

Va acercándose al estadio Al Bayt. La muchedumbre es una ola multicolor, donde se mezclan distintos idiomas, ropas distintas, banderas distintas… 

Cuando le quedan unos pocos metros, Justo se detiene y busca su celular para registrar esa foto que testimoniará su concurrencia al espectáculo más amado. 

Se refugia bajo la sombra de unos árboles –artificiales ellos- y toma varias imágenes. El estadio desde fuera le parece extremadamente hermoso. Decide recorrer la corta distancia que lo separa de la entrada. 

Pasa al lado de unos operarios que trabajan denodadamente en una especie de cámara abierta en el suelo, próxima a la pared exterior del complejo deportivo, donde se observan cables de distintos colores y tamaños y cajas metálicas con luces y visualizadores. Parecen apurados… Un hombre, vestido de traje, junto a otro –vestido a la usanza del país- de forma insistente, a la vez de agresiva, les da órdenes. Los rostros de los trabajadores denotan angustia, cansancio. Continúan las órdenes altisonantes… Todo sigue como ajeno totalmente a lo que sucede a pocos metros, donde el espectáculo está por comenzar. 

En ese instante  los sonidos se tornan más intensos. Aplausos, gritos, cantos de aliento y palabras en idiomas desconocidos para Justo. Piensa en las emociones vividas desde que emprendió el viaje, sumadas a la actual excitación por lo que ya está experimentando –pronto al ingreso al estadio-. 

 

La tarjeta de entrada corre veloz sobre el visor, la luz verde habilita el paso y Justo camina hacia esa gloria terrenal que le regala su querido deporte. Busca en la cartelería por su ubicación y, en ese trajín, un guía corre presuroso hacia él y, en un inglés de academia, le pide lo siga y concluye indicándole su butaca. 

Los minutos corren. Los ojos de Justo se posan en distintos lugares del estadio, en las personas que lo colman, en los colores; y va guardando en su memoria cada detalle, cada registro visual, que –está seguro de ello- no olvidará jamás. 

Cierra los ojos un instante.  Se ríe para sus adentros y se dispone a gozar del espectáculo. La ceremonia está a punto de comenzar… 

Las escenas que se suceden en el campo se repiten en las pantallas que cubren la parte alta del estadio, detrás de cada uno de los arcos. Y también en los monitores que tienen los palcos y el sector del periodismo. Y en las pantallas televisivas y de los dispositivos comunicacionales de millones de usuarios del mundo entero. 

El desarrollo del acto va creciendo en intensidad y a los quince minutos exactos, con total precisión, las pantallas parecen explotar. Toman una tonalidad azul brillante, que va mutando a un rojo intenso. Se escucha en todo el estadio una especie de alarido, luego un grito ahogado y en las pantallas un mensaje, en gruesas letras, que se va repitiendo en distintos idiomas.  

Justo, sorprendido como todos, puede leer:

COIMA-DICIEMBRE 2010-. 

BRIBE-DECEMBER 2010 

CORRUPTION-DECEMBRE 2010 

SUBORNO-DEZEMBRO 2010…..y así por una pluralidad de lenguas.       

Los espectadores no entienden lo que sucede. El palco donde están las autoridades gubernamentales cataríes y los jerarcas de FIFA parece cobrar vida. Corridas, voces altisonantes, empujones, un caos total. 

En las pantallas el rojo intenso va deslizándose hacia abajo y se transforma en gotas que simulan sangre. Seguidamente letras blancas lanzan una palabra: ASESINOS. 

Y así… KILLERS…TUEURS…ASSASSINOS… 

Uno de los funcionarios encargados de la tecnología que da base a la espectacularidad de la ceremonia, corre hacia los controles y acciona los mismos. Como consecuencia de ello, las pantallas del estadio quedan totalmente en negro y los encargados de la transmisión de imágenes se cuidan de mostrarlas. La música sigue en el campo, los movimientos de los bailarines e intérpretes del acto continúan, pero los mensajes no han pasado desapercibidos, ni para el público del estadio ni para los espectadores del mundo. 

Tampoco para Justo, que al verlos no entiende nada, no encontrando explicación alguna a lo que está sucediendo. ¿Coimas? ¿Asesinos? ¿De dónde provienen tales mensajes? ¿A qué corresponden? 

Mientras tanto los cabildeos entre las autoridades incrementan el clima de incertidumbre creado. Hasta que el máximo jefe de la FIFA, Gianni Infantino, junto al Emir Catar Tamin bin Hamad Al Thani, acuerdan rápidamente con autoridades del Supremo Comité para el Desarrollo y Legado de Qatar que “el show debe continuar”. 

La ceremonia, con los carteles apagados, sigue el curso programado. La misma antecede al partido entre Senegal y Países Bajos –ahora el primero del certamen por conveniencias de audiencia-. 

…Las últimas estrofas del “Hayya Hayya” resuenan en el estadio. Los equipos entran al campo de juego y, tras el cumplimiento de los protocolos, el juego está pronto a comenzar. El árbitro se encomienda al Cielo, acciona su cronómetro y, haciendo sonar el silbato, dispone el inicio. El jugador encargado de mover la pelota, de cara a su arco, tira hacia atrás su pierna diestra e impacta el balón con su empeine interior. Pero…la pelota no se mueve ni un milímetro. Intenta nuevamente, mas la pelota permanece estática en el mismo lugar. Algunos jugadores ya habían corrido cerca y el árbitro observa sin poder entender qué sucede. La cara del jugador denota sorpresa, incredulidad.  

El referí se llega hasta la pelota y quiere levantarla. Es imposible. Como si unas manos invisibles la sujetaran fuertemente la pelota no se mueve. 

De pronto los carteles, que habían estado apagados, se encienden; y durante unos segundos puede leerse: NO NOS OLVIDAMOS, en los distintos idiomas. Vuelta a apagarse. Y en ese momento, el juez de la contienda puede levantar el balón; ordena a los jugadores que vuelvan a sus lugares y el partido comienza. 

 …Treinta minutos de juego. El centrodelantero senegalés recibe un pase que lo deja, dentro del área penal, solo con el arquero contrario como oponente. Logra eliminarlo con una gambeta e impulsa la pelota hacia el arco desguarnecido. 

La pelota se dirige a la red, por la mitad del arco. El delantero ya lo grita, al igual que la parcialidad…Cuando resta un metro aproximadamente para que trasponga la línea la pelota deja de rodar y se detiene. El atacante, aunque sorprendido, corre hacia el esférico e intenta un nuevo toque. Pero el balón, un instante antes, reinicia su ruedo, pero cambia la dirección y se va afuera del arco, a más de un metro del palo derecho… 

Nadie entiende lo que pasó. Jugadores, árbitros, autoridades, periodistas, espectadores se miran atónitos, sin saber qué pasa ni qué hacer. Y al instante, los carteles se reencienden y vuelve el mensaje: NO NOS OLVIDAMOS. 

Todos lo leen. Vuelven a apagarse. 

El árbitro, aturdido por lo que había pasado, toma la decisión de reiniciar el juego con el saque de arco correspondiente… 

 

…El juego continúa. Pero ya nadie puede conducirse sin olvidar lo sucedido. Los jugadores están más atentos a una inesperada acción de la pelota, que al juego mismo. De manera similar el árbitro y sus colaboradores. 

El público casi ni mira el partido. Se dedica a comentar lo que había sucedido, sin prestar demasiada atención a la contienda. 

Mientras, algunas autoridades corren al espacio que ocupa el sistema de control VAR y observan una y otra vez las dos situaciones pasadas. Todo es inexplicable. 

…Llegan los minutos finales del primer tiempo. Un delantero neerlandés, dentro del área penal, impulsa defectuosamente la pelota hacia la valla ante la sola oposición de un defensor. La pelota parece irse afuera. Sin embargo, como impulsada por una fuerza extraña, ésta cambia su recorrido y golpea en uno de los brazos del defensa. El árbitro observa el cambio de rumbo, pero cobra la sanción del penal. El defensor protesta el fallo y jura y vuelve a jurar que fue la pelota la que de una forma extraña buscó su brazo. Todos lo habían visto, incluso el referee; pero cansado ya de lo que le estaba sucediendo, confirma el fallo. 

El centrodelantero neerlandés se dispone a cobrar la falta. Una larga carrera anuncia un remate fuerte. Y mentalmente opta por hacerlo hacia la derecha del guardavalla. El arquero, parado sobre la línea de meta, piensa en el lugar donde el contrario impulsará el balón. Elige tirarse hacia su izquierda. 

Suena el silbato. Tal como lo pensaran, el delantero patea hacia la derecha y el arquero se arroja hacia la izquierda. Hacia la red, sin obstáculos, viaja la pelota.  

Y de pronto, como por arte de magia, la bola varía su camino y rueda lenta hacia las manos del arquero. 

Nadie entiende ya nada. 

En un costado del terreno de juego las autoridades organizan una pequeña reunión. Luego de unos minutos, una persona, vestida con el tradicional thawb, acomoda ligeramente el gutra que cubre su cabeza y a los gritos convoca al referee. Luego de unos momentos éste convoca a los capitanes de ambos seleccionados y les anuncia que el partido se suspende por sesenta minutos… 

El público no sale de su estupor. 

…El tiempo de recomenzar llega. Los jugadores vuelven al campo de juego. Justo se acomoda en su butaca. Mira a su alrededor. Todo parece estar igual. Hacia su izquierda, en la parte baja, divisa a los mismos trabajadores que, antes de ingresar, había visto trabajar esforzadamente. Ahora parecían distendidos. Justo cree verlos sonreir. 

El árbitro da la orden de empezar. Pasan unos minutos. Ante un ataque senegalés un defensor contrario rechaza la pelota. Lo hace fuertemente hacia adelante y los jugadores corren hacia el lugar donde el balón caerá… Pero la pelota, como si estuviera sostenida por un hilo invisible, se eleva sobre el terreno, da un giro amplio sobre la multitud y vuela hacia el cielo, más allá del anillo que forma la estructura techada del estadio…Y allí se queda, inmaculada…Ya no participa del juego… 

…..  

Justo se sentó de manera abrupta en su cama. En un primer momento no supo dónde estaba. Se dio cuenta de que su cuerpo traspiraba y que había estado soñando. Todavía pasaba por ese estado en que el sueño no dio paso completo a la realidad. 

Y en ese estado recogió el periódico que, al acostarse, había estado por ojear y no logró por quedarse dormido. 

Comenzó a pasar las páginas y leyó… 

“6500 TRABAJADORES INMIGRANTES HAN MUERTO EN QATAR DESDE SU ELECCION PARA CELEBRAR EL MUNDIAL DE FUTBOL DE 2022 

…trabajadores de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka han muerto… 

…desde diciembre de 2010…han muerto cada semana una media de 12 trabajadores inmigrantes… 

…fracaso de Qatar a la hora de proteger a sus dos millones de trabajadores inmigrantes… 

…Detrás de las estadísticas se esconden innumerables historias de familias destrozadas… 

…intenso calor…estrés térmico…Jornadas interminables…Tareas forzosas…Escasas medidas de seguridad… 

…Poco descanso… 

…Amenazas de expulsión del país si no se aceptan condiciones…imposibilidad de cambiar de empresa…legislación incumplida… 

…condiciones insalubres en las viviendas…confiscación de pasaportes…certificados médicos de muertes sin pericias adecuadas… 

…la casi mayoría rezan “por causas naturales” o “insuficiencia cardíaca”…denuncias de Amnisty Internacional…” 

Justo continuó leyendo: 

“Noticias relacionadas 

COMPRA DE VOTOS PARA LLEVAR EL MUNDIAL A QATAR 

…Lluvia de gasodólares… 

…Reunión secreta, FIFA, Federación Francesa de Fútbol… Nicolás Sarkozy presionó a Michel Platini…Compra del Paris Saint Germain por un emir…creación de un canal de TV…Platini detenido…” 

Justo no siguió leyendo. Dejó caer el periódico. Tomó su teléfono celular desde la mesa de luz. Marcó un número… 

-Hola .Buen día. Sinblood Turismo. ¿En qué puedo ayudarlo señor? 

-Buen día. Mi nombre es Justo. Lo llamo por el tema del Mundial… 

-Ah. Sí señor. Yo soy quien lo atendí por su viaje. ¿Es para confirmar todo? 

-No, cancele todo. Yo no viajo…

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