(Te escribo desde donde pateó Carlitos, papá. Vinimos con Vero y los pibes. Mirá.)
Si todavía nos quedan reflejos periodísticos, estábamos obligados a buscar al verdadero protagonista de la noche. Aunque la boca eche humo y todavía el cuerpo nos tirite porque estábamos al borde de una injusticia de locura, teníamos que estar ahí, acercarnos, preguntarle sus sensaciones, pensar cómo lo había vivido.
-Señor punto de penal, ¿qué sensaciones le quedan?
-Fue un partido definitivamente difícil, pero creo que logramos el objetivo.
-Vamos, señor, usted tiene mucho que contar, no declare como un simple jugador cassetero. Además, ¿qué objetivo puede lograr usted?
-¿Cómo “que objetivo”? ¿Ustedes no vieron lo que hice?
-¿Qué hizo?
-¿No vieron dónde pateó el colombiano Muriel? Todos se cagan de risa y hacen chistes de que fue a la laguna de Sausalito, pero eso no fue porque sí.
-¿Y por qué fue?
-Mirá el barro que tengo en este costado. La pintura no se movió por el rocío, la moví yo, me metí un poco para abajo, lo confundí y la puso en la tribuna.
-¿Y por qué no lo hiciste antes, así Argentina sufría menos?
-¿Vos te pensás que esto es un trabajo fácil? Yo no pelotudeo. Esto es puro show y hay sponsors. ¿Qué pasa si liquido todo en tres penales? Laburaría mucho menos gente, Viña del Mar sería solo una playa y la gente se iría así nomás.
-¿Y Chiquito Romero entonces no tiene ningún mérito?
-Obvio. Todo no es mío. Yo no hago todo el trabajo. Si la gente no ayuda, no se puede. Chiquito me trata bien, me saluda, reza, grita. Tiene cosas distintas. Ya un primo mío, en San Pablo, lo había ayudado bastante.
-¿Y por qué Tevez la metió?
-Mirá, Tevez vino y me clavó los botines para acomodarme. Relojeó que había algo raro. Yo ahí se lo dije bien simple: “No me jodas, que yo te voy a ayudar”
-¿Y por qué lo ayudaste?
-Porque la vida siempre da revancha y siempre hay que intentarlo.
Por eso, señor penal, seguimos intentándolo.
Ariel/Ezequiel Scher para Familia Mundial