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Razones para enamorarse

La selección llegó a la final con una identidad que permite soñar con seguir viendo un fútbol de alto vuelo. Desde la llegada de Martino el equipo incorporó audacia asumiendo ciertos riesgos.

Miércoles, 01 de julio de 2015 a las 17:30

Argentina venció a Paraguay por 6-1 y se metió en la final de la Copa América. El equipo de Martino, le dio, a los que todavía dudaban, un regalo que esperaban con los brazos abiertos. Mucho se habló desde el inicio del torneo de los pocos goles que convertía el seleccionado, a veces, incluso, socavando la forma de enfrentar a los rivales. La reducción que hacía de los mismos. Estadísticamente era verdad, convertía poco. Pero llegaba mucho y asimismo le pateaban casi nada al arco. Ya lo dijo Tata en la charla previa a los penales contra Colombia: “Jugaron contra un cuarto finalista del mundial y no les patearon al arco”. Ese pensamiento, quizás, refleje lo que espera Martino de sus dirigidos en este nuevo (recordarlo) proceso que lleva 14 partidos.

Con audacia, el entrenador agarró un equipo que llegó a la final del mundial y lejos de pensar: “Si funciona no hay que cambiar nada”, le imprimió su estilo a partir de un par de modificaciones pero fundamentalmente desde el mensaje. La pelota siempre sale desde el arquero por abajo y a partir de la tenencia, movilidad, apoyo, solidaridad (no solo para recuperar el balón sino también para ofrecerse como opción de pase) y triangulaciones es que intenta sostener el juego. Cuando no la tiene la presión siempre intenta ser alta para recuperar rápido y volver a tener la posesión. Es requisito indispensable la confianza del jugador en esta idea, ya que la frustración de no lograrlo rápidamente suele ser el detonante de la destrucción de la misma. Sin embargo este grupo de jugadores, a pesar de no haber conseguido las diferencias esperadas en el marcador, que siempre ayudan a consolidar esa manera de enfrentar los partidos, siguieron defendiéndola y este 6-1 parece un premio justo antes de la final. “Lo que más me gustó fue la perseverancia para intentar seguir jugando más allá del gol que nos hace Paraguay. Porque significa que tenemos convicción para jugar de una determinada manera. Lo peor que nos podía haber pasado es que porque nos hicieron ese gol nosotros empezáramos a dividir la pelota”, avisó y sentenció Gerardo Martino.

Por eso, si usted se para frente al televisor y se pone nervioso cuando Romero la saca por abajo para Zabaleta o Demichelis, por favor, no insulte ni grite: “sacala, sacala”, simplemente entienda que está viendo el espectáculo equivocado. Ante esto puede hacer dos cosas: cambiar de canal o soñar (confiar) que estos jugadores, a través de ese camino, llevarán a la selección nacional a lo más alto. Un equipo de fútbol siempre debe seducir a sus seguidores y este lo hace desde la identidad a un estilo definido. Razón fundamental para enamorarse.