El complejo entramado del PRO bonaerense atraviesa uno de sus momentos más complicados. La pelea por la candidatura a senador nacional por la provincia de Buenos Aires en las elecciones del próximo año puso primera y profundiza las diferencias entre los sectores.
Al momento, la danza de nombres se acota a las figuras del intendente de Vicente López, Jorge Macri, y del ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich. Ambos dirigentes ya comenzaron a recorrer la provincia y en ese contexto es que se dio la visita del primo del presidente a Junín.
En el Pro hay tres liderazgos bien marcados: el de la gobernadora María Eugenia Vidal, el de Jorge Macri y el del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó.
El intendente de Junín, Pablo Petrecca, y la diputada Laura Ricchini, responden a Jorge Macri, al igual que el jefe comunal de Nueve de Julio, Mariano Barroso, y el diputado Mauricio Vivani. Son sus referentes en la Cuarta Sección.
Sin embargo, la mayoría la tiene el sector de Monzó, con el agregado de que la principal espada política de Mauricio Macri nació en Carlos Tejedor. Los intendentes de General Villegas, Eduardo Campana, de Rivadavia, Javier Reynoso, de Bragado, Vicente Gatica, los diputados Marcelo Daletto, Oscar Sánchez y Sergio Buil, y el viceministro del Interior, Sebastián García de Luca, se encolumnan detrás de su figura.
Estas diferencias quedaron expuestas en la trunca convocatoria que realizó Petrecca este miércoles. Bajo la excusa de la visita de Macri a la ciudad, el intendente de Junín invitó a través de Laura Ricchini a los intendentes y legisladores PRO de la Cuarta. Sin embargo, por distintos motivos (y excusas) ninguno de los invitados asistió.
Pese al optimismo de Jorge Macri en destacar los cinco meses de gestión de Petrecca, su visita a la región fue de bajo vuelo político. Buscaba una foto con intendentes y legisladores que no se dio. Por su parte, el jefe comunal de la ciudad sufrió el primer revés puertas adentro al intentar realizar un encuentro en favor de su par de Vicente López, no entendiendo que pese a lo que significa administrar la ciudad más importante del noroeste, se encuentra en una sección donde la lapicera la tiene Monzó.