El arribo de Pablo Petrecca al municipio de Junín generó un terremoto político en la ciudad. A poco de asumir, el nuevo jefe comunal puso el ojo en la gestión de Mario Meoni y en la de sus funcionarios. Así, los que tenían un cargo político lo dejaron y los que no, fueron desplazados lentamente, a pesar de que muchos de ellos no estaban identificados con un color político.
Pero en paralelo a esa “limpieza”, Petrecca bajó la orden de denunciar las posibles irregularidades que habrían cometido su antecesor. Así, comenzó una cacería de ex funcionarios meonistas que ahora se hizo pública. De esta manera, a la denuncia realizada en Grupo Junín, donde advirtieron el faltante de electrodomésticos y la utilización de fondos para la campaña política, se le sumó ahora la de la obra pública.
La pista de atletismo, la repavimentación del Camino al Balneario (primer tramo), el Automoto Club Junín, el Autódromo, las casas del Plan Federal, distintos proyectos viales y la Terminal de Ómnibus, son algunos de las obras que de oficio la fiscal Vanina Lisazo está investigando.
Este último punto cabe destacar. Al estilo Carrió, dirigentes que responden a Pablo Petrecca denunciaron en los medios posibles irregularidades, aunque no lo hicieron en la justicia. Estas presentaciones mediáticas, que ganaron la agenda de los medios oficialistas locales, son el caldo de cultivo para la presentación de la auditoría privada, la cual también tiene puntos oscuros por cómo habría sido solicitada (y financiada).
La persecución es tal, que desde el Ejecutivo local se está investigando el patrimonio de cada ex funcionario meonista, con la sospecha de que se habrían enriquecido ilícitamente. Mientras tanto, en la arena política, las diferencias entre Cambiemos y el Frente Renovador se profundizan y los acuerdos que se sellaron al calor de las elecciones pasadas parecen cosa del pasado.