Los números redondos tienden a invitarnos a la celebración. Y esta no es la excepción. Juan Francisco Cangelosi cumplió 400 partidos en la Liga A con Argentino en el juego ante San Lorenzo y, si no pasa nada extraterrestre, este viernes alcanzará los 4.000 puntos con la camiseta del Turco. Un número impactante, aún más en un deporte amante de las estadísticas. Sin embargo, lo más importante no está dentro de esas 4.000 anotaciones. Dicen algo, apenas, de todo lo que representa Juan Cangelosi para Argentino de Junín. Allí podrán estar, quizás, las bombas de siete u ocho metros, pero no está la circunstancia, el contexto. Está el número, pero no, por ejemplo, aquel 27 de abril de 2016 donde, con 26 puntos (15 en el primer cuarto), fue vital para decretar que Argentino permanezca en primera en la victoria ante Sionista por 87 a 72 como visitante.
En esos números no está el alma, no están sus fundamentos para postearse, no está su esfuerzo para soportar a tipos que le sacan dos cabezas, no está su humildad, su predisposición. No están el respeto ni el cariño que le tienen sus compañeros.
Por todo esto, celebremos si anota dos o más puntos, pero no dejemos de celebrar su presencia si una extraña fuerza sobrenatural baja y lo “seca” para siempre, porque lo verdaderamente importante no son los 4.000. Lo verdaderamente trascendente es que cada vez que Argentino juegue de local, él salga, como siempre, último en esa fila de doce camisetas azules.