Cuántas veces leímos esta frase tan trillada para la política? Cómo si aquel que la pronuncia fuera fuente de verdad y bondad mientras quienes lo confronten fuesen la representación de todo lo que está mal. Cómo si la política no se tratase justamente de amalgamar diferencias, de construir consensos. Cómo si el oficialismo pretendiese arrogarse la representación exclusiva de toda la sociedad.
Ahora bien, estos tiempos de pandemia son en principio una cuestión de salud pública, pero bien sabemos que traen consigo profundos cambios para todos nosotros como sociedad, transformaciones que se establecerán como un nuevo orden porque toda crisis de esta magnitud deja huellas y abre paso a nuevos caminos.
La realidad hoy impone objetivamente la necesidad de ver políticos trabajando seriamente en acercar soluciones. Necesitamos empatía verdadera. Necesitamos representantes capaces de escuchar pero que además tengan la creatividad y el compromiso para convertir las experiencias y las palabras en acciones concretas.
Hoy en plena crisis los argentinos podemos tener la tranquilidad de contar con un líder político que, con sobriedad y entendimiento de la situación, nos ha conducido a través de esta situación con resultados por encima de nuestra propias expectativas. Hacía tiempo que necesitábamos sentir orgullo, no de un presidente sino de ser argentinos.
Llevando esto a lo inmediato, a nuestra ciudad, claramente ese liderazgo está ausente. Petrecca se autorretrata como un soldado, nunca un capitán y no es casual. No representa, más bien obedece. No arriesga, más bien se limita a especular tratando atribuirse lo bueno y patear la pelota afuera si se ve comprometido.
De todos modos las necesidades de los juninenses demandan este liderazgo, demandan interlocutores capaces de escuchar y estar atentos al pulso diario en esta situación inédita que se vive. Pasamos de una cuarentena cerrada con muy buen grado de acatamiento a un proceso donde paulatinamente vamos a ir recuperando actividades.
Y ahí es donde El Frente de Todos se ha puesto a trabajar de manera seria y consistente, buscando abrir caminos de oportunidades para quienes quedaron relegados y tratando siempre de compensar desigualdades. Así fue que días atrás presentamos una batería de proyectos buscando la reactivación a económica, pensando en recuperar a aquellos vecinos que se cayeron de la rueda laboral, planificando la inclusión y el puntapié para generar trabajo. Pensando además en la educación de los niños y niñas, en su salud y en el acceso a la conectividad y el material de estudio porque ahí también está el compromiso de no regalar el futuro.
Con estas Propuestas presentadas y con toda la predisposición para contribuir a que se hagan realidad me preguntó. Que reacción hemos de esperar? Volveremos a escuchar que cada idea que proviene de alguien diferente es un obstáculo. Seguirán mirando al diferente como enemigo? O habremos aprendido que para salir se necesita del esfuerzo de todos?
Hasta ahora pudimos ver un papel triste y obsecuente de concejales oficialistas diciendo que ya estaban implementando estas propuestas. ¿De veras están haciendo algo si luego tienen esta necesidad de convencer en los medios a la población de que lo estaban haciendo? ¿Que paso que a nadie le llegó un beneficio de estos?¿Les molestan nuestras propuestas o que vengan de nosotros? ¿Importa más el rédito de la autoría que concretar soluciones?
Espero que el intendente pueda mirarlo de otra manera. Espero que esta vez ponga como prioridad hacer lo más conveniente para Junín, porque ya deberíamos haber aprendido que de la crisis se sale entre todos. Espero comprenda, que especular respecto de implementar una idea dependiendo de quién la propone es, también, ponerle un palo a la rueda virtuosa de la economía y la actividad que nuestra ciudad necesita para volver a moverse.
Alejandro Braga
